CAPÍTULO VEINTIUNO
Arizona, se sentó en su banca favorita en el parque, mirando a la ciudad,
mientras que el almuerzo estaba sin comer a su lado. Era mediodía y las calles
de Seattle bullían de actividad, pero no pudo superar la ansiedad que se
retorcía dentro de su vientre, robándole su apetito. Un corredor ocasional o una
joven madre con un cochecito pasaban por el camino detrás de ella, asegurándole
que no estaba sola. Aún así, en los momentos cuando no había nadie a la vista,
o cuando Arizona se percataba que un hombre solitario se acercaba, el pánico
irracional se apoderaba de ella.
Ese pánico era exactamente por qué había decidido a comer el almuerzo de hoy. Con
Callie en cirugía y el juicio que pesaba
sobre su cabeza, tratar de socializar en la cafetería del hospital parecía aún
menos atractivo que enfrentar su miedo de estar sola. En su último período de
sesiones, Arizona, se había centrado en la mañana que no había sido capaz de
salir de su coche en la oscuridad. Aunque la Dra. Watson le aseguró que era
perfectamente normal tener miedo, ella también le había dado en Arizona una misión
para hacer frente a sus miedos siempre que pudiera.
Así que aquí estaba sentada. En su banco favorito, en su sección favorita
del parque. Ella no había venido aquí sola en meses, con mucho miedo de estar
fuera vulnerable a la intemperie.
Ahora era el momento para recuperar este santuario.
Arizona se puso tensa instintivamente al oír el sonido sordo de pisadas que
se acercaban, mirando sobre su hombro para ver a un hombre que caminaba hacia
ella vestido con pantalones vaqueros y una camiseta de béisbol. Se encaminó por
el sendero, escaneando sus alrededores con interés, entonces tropezó levemente
cuando su mirada y se posó en Arizona. Él levantó una ceja, le dio una sonrisa
de satisfacción. A medida que se acercaba, le notó la evaluación de su cuerpo con
avidez. Era una mirada que había recibido de cientos de hombres en los tiempos
antes de la violación y que nunca la habían asustado. Ahora se sentía como un
conejo en la trayectoria de un lobo.
Arizona, dio media vuelta, pues no quería invitar a la conversación. De
espaldas a él, ella contuvo el aliento y esperó a que pasara, cerrando los ojos
un instante cuando se dio cuenta que estaba justo detrás de ella. Su mano se
deslizó hacia su bolso, buscando inconscientemente su bote de spray de
pimienta. Después de tomar un momento para poner sus nervios de acero, ella
miró por encima del otro hombro. Él se alejó de ella sin decir nada, su
atención se había fijado ahora en un iPod en la mano.
Hundiendo los hombros, Arizona, luchó por no reprenderse a sí misma cuando
la amenaza de peligro inmediato se disipó. Esto no era ella. Nunca se había
sentido así. Esto era algo que Colin Thomas le había hecho. Las lágrimas llenaron
sus ojos sin piedad, pero Arizona las secó rápidamente. Llorar no traería de
vuelta a la mujer que solía ser.
Arizona, se enderezó, volviéndose a centrar en la ciudad abajo. Tomó tiempo
para volver a intentarlo.
Ella había encontrado este lugar menos de una semana después de comenzar el
trabajo en el Seattle Grace. Le había tomado sólo un par de días de navegación
por los pasillos del hospital para darse cuenta de que estaba trabajando en el
caldo de cultivo del drama y del chisme, por lo que encontrar una salida
adecuada había sido la prioridad número uno. Aquí siempre había encontrado paz.
Había sido realmente su refugio, antes de esa noche. Hoy en día esa seguridad
la necesitaba más que nunca, así que conseguir este refugio de nuevo era su
nueva prioridad.
Fue agridulce pensar en la Arizona que utilizaba este mismo banco para
comer su almuerzo, sonriendo feliz a todos y a todo. Ella había sido tan feliz,
ignorante de todo. Nunca se le ocurrió realmente que alguien acabara con esa
Arizona, que podría decidir hacerle daño, había entendido siempre la
posibilidad del asalto de una manera abstracta, por supuesto, pero Arizona nunca
se imaginó que le pasaría a ella.
A veces le molestaba aquella mujer ingenua, tanto como ansiaba volver a
encontrarla. Después de haber robado su inocencia de una forma tan desagradable
y brutal, pero el conocimiento de que ella nunca podría volver atrás siempre
haría su dolor.
El tono alto de un niño le llamó la atención y dirigió su mirada por encima
del hombro de nuevo. Detrás de ella, una joven madre que caminaba con su hijo a
remolque, su parloteo de vuelta de ida dibujó en Arizona una sonrisa en la cara
sin darse cuenta. La sonrisa se convirtió en una sonrisa real cuando vio a
Teddy Altman que venía en dirección opuesta con una bolsa de papel marrón en la
mano.
Teddy le dio una ola de cautela y una media sonrisa-. -Callie me dijo que
te encontraría aquí. Espero no interrumpir.
-No, en absoluto. Arizona, se deslizó para hacer espacio en el banco, feliz
por la visita. Ella había tenido suficiente de enfrentarse a sus temores por un
día. -Estoy lista para un poco de compañía.
-Bueno. Callie dijo que querías un tiempo a solas, pero yo estaba esperando
que me sintieras de esa manera. Excavando en la bolsa de papel, Teddy
cuidadosamente extrajo de una pequeña tarta de fresa pequeña. "Yo vengo
con un regalo."
Arizona, echó los brazos alrededor de Teddy y la apretó, y luego tomó la
tarta y lo mordisqueó con reverencia en un borde. Probablemente fue patético lo
rápido que una amiga y una pastelería francesa le levantó el espíritu, pero
ella estaba feliz de tomar el sol en el cambio repentino del estado de ánimo.
-Gracias.
-No hay de qué. Teddy le dio un mordisco limpio de su propia tarta,
estudiando el rostro de Arizona mientras masticaba. "¿Cómo estás?
Mucho después de ocultar sus sentimientos de Teddy, Arizona no tuvo ningún
problema en ser totalmente honesta. -Cansada de sentir miedo.
Teddy dejó de masticar por un momento, como sorprendida por la admisión
fácil. -¿Miedo de qué?
-Los hombres en los parques. La noche. Estar sola. Mi testimonio. Arizona, hizo una pausa para controlar la
emoción que por instinto se levantó cuando ella recitó los principales temas de
una lista demasiado larga. -Todo, supongo.
Teddy miró fijando su atención a su alrededor antes de ver a Arizona con ojos
compasivos. -¿Tienes miedo ahora?
-Ya no
-Da miedo, ver el mundo de una manera diferente, dijo Teddy en voz baja. -Al
verlo como algo más salvaje. Y es normal, ya sabes, ser hiper-vigilante después
de sobrevivir a un ataque violento. Así que no te rindas, ¿de acuerdo? Dale
tiempo. Va a mejorar.
-Tiene que ser. Arizona, deslizó el resto de su tarta de vuelta en la bolsa
de papel marrón, ya no le interesaba. Entonces, buscando la comodidad física,
ella apoyó la cabeza sobre el hombro de Teddy. Satisfecha cuando Teddy le pasó
un brazo por los hombros, Arizona se mantuvo cerca, enfocada en el afecto. -Esto
es una mierda. Me siento tan patética.
-Tú no eres patética. Yo era de la misma manera. Y yo sabía quieres eran
mis agresores: sus nombres, sus caras. No fue un extraño que de repente saltó hacia mí. Sólo
puedo imaginar lo inquietante que es incluso el salir al mundano exterior.
-Mucho, murmuró Arizona.
Teddy la apretó más de cerca. -Después de lo ocurrido, no podía soportar ir
a los bares o a cualquier lugar-con la música y la bebida y los hombres. Aun
cuando había una multitud de personas en todos, tanto hombres como mujeres, yo
acababa temblando como una hoja. Ella miraba a lo lejos, mientras hablaba, sus
ojos se enfocaban en algún punto muy lejano. -No era la misma situación, yo
sabía que había muy pocas posibilidades de que nada malo me pasaría si me
quedaba con la gente, pero mi cuerpo y mi cerebro reaccionaban, simplemente. No
me sentía como si tuviera ningún control sobre él.
Era difícil imaginar a Teddy en algo por el estilo. Eso por sí solo le dio
a Arizona la esperanza de que el tiempo ayudara a erosionar estos temores, y
sus reacciones a ellos. -Ahora siento miedo cada vez que veo un hombre que
camina hacia mí. Incluso a plena luz del día, en un parque público, en un lugar
en el que me he sentado decenas de veces
sin que nada ocurriera alguna vez. Y eso me hace sentir tan rota, y tan
ridícula.
-Tú no eres ridícula. Todo lo que pensabas que sabías es diferente ahora.
La realidad es diferente. Está bien luchar con eso. La voz de Teddy se hizo más
fuerte. -Tú eres muy valiente, Arizona, de verdad. No me cabe ninguna duda de eso.
Arizona giró la cabeza y se encontró con la mirada de Teddy. -No importa
qué, nunca seré capaz de volver a la forma en que era antes. ¿Verdad?
-No. Teddy le dio una pequeña sonrisa. -Pero al menos ahora ya sabes lo
fuerte que eres en realidad.
Exhalando, Arizona, miró a su alrededor al parque de nuevo. Un par de
corredores se acercaban a unas mujeres trotando en su dirección, un corredor hombre
estaba en otro sendero. No había nada amenazador en ese lugar. La sensación
ominosa de peligro que se cernía sobre él provenía desde el interior de la
mente de Arizona, en desacuerdo con su entorno aparentemente inocuo. En cierto
modo, estaba empezando a acostumbrarse a esta inquietud siempre presente, el
sentirse casi insegura en todas partes menos en casa, con Callie. -¿Cuando lo
entiendes mejor?
-Me gustaría tener una respuesta para ti, dijo Teddy limpiando los restos
de su tarta de los dedos, y luego se encontró con la mirada de Arizona con
cautela. -Honestamente, estoy esperando que este juicio ayudará a darle un poco
de paz a tú mente.
El estómago se le retorció a Arizona. Últimamente sólo era necesario
escuchar la mención del juicio para que la inundara la ansiedad.
Cuando Arizona no respondió, Teddy dijo: -Ya viene pronto, ¿eh?
A pesar de que siempre había oído que estas cosas podrían prolongarse
durante meses, el caso del estado contra Colin Thomas parecía que se disparaba
a todo vapor. A menos que la fecha del juicio se aplazara, lo más posible en
que se iniciara en ese mismo mes –Sí.
-Puedo decir por la mirada en tú cara que estás aterrorizada.
Tragando las ganas de vomitar, Arizona murmuró: -Yo realmente no quiero
hablar de ello.
-No tenemos que hablar de ello, dijo Teddy, -pero yo quería preguntarle
algo.
La duda de Teddy le llamó la atención. -¿Qué pasa?
Atrapada entre la incertidumbre y la vergüenza, Teddy dijo: -¿Puedo estar
allí para ti? Cuando vayas a testificar
Arizona, trató de no dejar que su cuerpo reaccionara a la palabra
testificar, enfocándose en cambio en cómo se sentiría si Teddy estuviera allí.
Aunque probablemente agradecería otra cara amable, era difícil pensar en Teddy
escuchar las respuestas a las preguntas de Kent Johnson. Eso significaría que
le permitiría escuchar cada detalle atroz, cosas que sólo le había dicho a
Callie, a la doctora Watson y al fiscal.
Teddy habló antes de que pudiera contestar. -Si no me quieres allí, lo
entiendo.
-No es eso. Sintiendo vergüenza de sólo admitir lo avergonzada que estaba, Arizona negó con la
cabeza. -Yo sólo...
-Espero que no haberme excedido. Teddy se alejó un poco, dándole espacio
para respirar. -Para decirte la verdad, tu ataque ha vuelto a despertar algunas
cosas... para mí. Cosas en las que no había pensado o desde la universidad. Yo
nunca fui a través de un juicio. Yo ni siquiera tenía la confianza para
denunciar a esos tipos. Lo que estás haciendo es tan valiente, y estoy muy
contenta de que tú tengas esta oportunidad, sin importar cuanto miedo de, te
dará la oportunidad de hacer un cierre. Eso es algo que nunca tendré, tengo que
imaginar que ayuda a...
-Lo siento. Arizona, puso una mano sobre la muñeca de Teddy y se la apretó.
Se había acostumbrado tanto a la fuerza y a la capacidad de Teddy para la
empatía, pero, nunca consideró las emociones que esos consejos informales podían
agitar en su amiga. -Teddy...
Teddy negó con la cabeza, silenciando a Arizona. -Puedo vivir con no tener
que cerrar, pero desesperadamente quisiera estar contigo durante este proceso.
No sólo como tú amiga, sino también como una mujer que fue violada.
La súplica apasionada, rompió su indecisión. -Sí. Quiero que estés allí
-¿Estás segura?
-Tú has estado allí para mí desde el principio. Hablar contigo es lo que
realmente me hizo empezar a sanar. Parece justo que estés allí en esta parte,
también.
Teddy sonrió. -Gracias. Ella le dio unas palmaditas a Arizona en la
rodilla. -Vas a ser grande.
Arizona, puso los ojos. -Vamos a ver. Sinceramente, va a ser bueno tenerte
cerca. Tú y Callie pueden compartir la carga de lidiar con mi ansiedad y mis
náuseas.
Teddy se echó a reír, chocando suavemente a Arizona con el hombro. -Bueno, me
lo vendes a mí como que ... Ella se puso seria con rapidez. -Sin embargo,
gracias. Sé que es egoísta, pedirte esto, pero…
-No, no lo es. Arizona consiguió esbozar una sonrisa genuina. -No hay nada más
egoísta que todo lo que he pedido de ustedes. Así que... tema cerrado.
Teddy dejó escapar una exhalación ruidosa. -Bueno. He estado tan nerviosa
de preguntar. Sacudiendo la cabeza, rodó hacia Arizona con una sonrisa juguetona. -Bien,
ahora que la parte más difícil ha terminado, vamos a hablar de algo feliz.
A pesar de todo, Arizona no tenía que esforzarse para encontrar adecuadamente
un tema feliz. -Hice un montón de investigación en línea para nuestro viaje a
España ayer por la noche. No puedo comprar los pasajes aún, en el caso de que
la fecha del juicio se mueva, pero estoy haciendo un plan. Hasta ahora parece
que voy a pasar la mitad de mi tiempo arrastrando a Callie a una creciente
lista de lugares de interés histórico y cultural, y la otra mitad comiéndomela
con los ojos en la playa.
-Bonito. Teddy le dio una sonrisa. –Sin embargo, estoy dispuesta a apostar que
más de la mitad de tú tiempo se gastará comiéndote a Callie con los ojos
-Probablemente tengas razón. Sólo la idea de la exótica belleza de Callie,
iluminó su estado de ánimo. -Tengo la intención de admirarla y apreciarla cada
vez que pueda.
-Suena como que estás esperando pasar unas vacaciones de vapor.
-Espero que sí. Arizona, percibió el
calor que se levantó en sus mejillas al pensar en las fantasías que la habían
entretenido acerca de su viaje al país del Mediterráneo con Callie. -Creo que
voy a necesitar, después del juicio, perderme en ella.
-¿Así que todo eso ... va bien?. Encantadora, Teddy también se sonrojó. -¿Si
no es demasiado extraño y personal preguntar?
-Creo que tú y yo estamos de alguna manera más allá de lo raro y lo
personal en este momento. Arizona no pudo detener la mirada de satisfacción que
podía sentir extenderse sobre su rostro. -Súper increíble, la verdad, mejor que
nunca. Caliente.
Brillando más sonrojada, Teddy levantó una ceja. -¿Aliviada?
-Más bien como eufórica. Se permitió un momento para disfrutar del lujo en
los recuerdos de su vida sexual reciente, sin duda, el mejor sexo que jamás
había tenido. -De algún modo terrible, esto nos ha unido mucho más.
-Bueno, eso es algo., ¿Verdad?
-Absolutamente. Encogiéndose de hombros, Arizona, dijo: -No estoy segura si
tuviera que hacerlo todo de nuevo de la misma manera, pero ha sido bastante
impresionante ver lo mucho que Calliope me ama, y lo que nuestra relación en
realidad puede soportar.
-Ser capaz de reconocer que algo bueno ha salido de todo este lío es enorme.
Teddy ladeó la cabeza. -Así es como tú se sentirás mejor. Convertir el dolor en
fuerza. Reconocer no solamente cómo te ha cambiado, para peor, sino también
para mejor.
-Creo que será más fácil después del juicio…, dijo Arizona. …-Pero me han
dicho lo que estás diciendo.
Teddy comenzó a responder, pero la melodía del teléfono celular de Arizona
la cortó. Ella inclinó la cabeza. –Anda, responde
Arizona comprobó la pantalla. -Es Callie. Espera un minuto. Ella puso el
dedo en la pantalla, respondiendo a la llamada. –Calliope, Yo estaba hablando
de lo caliente que estás. ¿Se te quemaron los oídos?
Tan pronto como Callie sonrió a medias, Arizona, sabía que algo andaba mal.
Su tono sobrio lo confirmó. -Sólo un buen momento de mi parte.
-¿Está todo bien?... Arizona, frunció el ceño. …-Pareces enfadada.
-Bueno... estoy molesta.
-Dime lo que pasó. Arizona, capturó la mirada interrogante de Teddy,
encogiéndose de hombros mientras esperaba que Callie tirara de la alfombra
debajo de sus pies. Parecía que últimamente cada vez que Callie se acercaba a
ella sonando tan grave, es que estaba a punto de darle alguna noticia
estremecedora. -¿Qué, lo van a dejar en libertad?
-¡No!..., se apresuró a decir Callie, y Arizona, negó con la cabeza ante la
mirada alarmada de Teddy …-Nada de eso.
-Entonces, ¿qué?
Callie titubeó, y Arizona, casi podía oírla tratando de decidir cómo decir
lo que necesitaba decir. Finalmente, con voz tensa, Callie, dijo, -Kent
Johnson, de la oficina del fiscal me llamó.
-¿Él te ha llamado?... Eso era extraño. Hasta ahora, Kent y Sand sólo se
habían comunicado directamente con Arizona. Lo cual tenía sentido, ya que ella
era su testimonio. …-¿Qué dijo?
-La defensa presentó su lista de testigos esta mañana…., Callie tragó audiblemente.
…-Y, bueno, estoy en ella.
Al principio no estaba muy segura de lo que Callie estaba diciendo. No
tenía ningún sentido. -¿Qué quieres decir?
-Quiero decir, que la defensa me
va a llamar como testigo. La ira agudizó
las palabras de Callie. -No tengo ni idea por qué. Tal vez tenga algo que ver
por haber realizado su cirugía, o lo que pasó en su habitación cuando me
enfrenté a él. Kent quiere reunirse conmigo para hablar de esa noche para estar
mejor preparados para lo que los abogados de Colin Thomas me podrían preguntar.
La mente de Arizona podría haber estado nadando si ella no se estuviera
sintiendo tan extrañamente insensible. Era casi como si hubiera perdido la
capacidad de sentir algo acerca de los nuevos acontecimientos. Todo era
demasiado. -Oh.
-Lo siento mucho, Arizona…, Ahora Callie parecía a punto de llorar. …-No sé
lo que me preguntarán o lo que voy a tener que decirles. Es posible que lo que
hice con él esa noche pudiera poner en peligro la acusación. No me puedo
imaginar cómo, y no puedo soportar la idea de que mis acciones pudieran
disminuir nuestras posibilidades que él vaya a ser castigado, pero yo... lo
siento.
-Nunca te arrepientas de eso…, dijo en voz baja Arizona, haciéndose eco de
un sentimiento que había oído innumerables veces de Callie, …-Él entró en la sala de emergencia y tú
hiciste tú trabajo como cirujano, fijar sus piernas. Luego, cuando te enteraste
de quien probablemente era, reaccionaste
como mi pareja. Yo no te culpo por eso. Yo habría hecho lo mismo…, Ella lo
pensó por un momento. …-Tal vez aún peor.
Callie dejó escapar un suspiro. –Tú no tienes que ir conmigo cuando me
encuentre con Kent Johnson. No, a menos que lo desees.
-Yo no te voy a dejar pasar por esto sola, dijo Arizona, aunque sintió su intestino revuelto
ante la idea de sentarse en otra discusión sobre el juicio. Pero, bueno, por lo
menos era una oportunidad más para hacer frente a sus miedos. -Sólo dime
cuándo.
#
Dos días más tarde, Arizona, se sentó junto a Callie en la sala de
conferencias en la oficina del fiscal con los brazos cruzados sobre el pecho.
Su rodilla moviéndose debajo de la mesa, era la evidencia de la ansiedad que
sólo Callie podía ver en ella. Kent Johnson se sentó frente a ellas, mirando
con seriedad. La culpa se atravesaba a través del intestino de Callie sintiendo
la tensión en el aire, Arizona no necesitaba estar en la cima de todo lo demás,
era el comportamiento impulsivo de Callie lo que las había traído hoy hasta
aquí.
Arizona fue la primera en romper el hielo. -Yo no entiendo por qué la
defensa llama a Callie como testigo. Ellos deben saber que no va a decir nada
para ayudar a ese hombre.
Kent Johnson entrelazó los dedos sobre la mesa. A pesar de que había
proyectado una confianza inquebrantable en su reunión anterior, ahora Callie
vio tirantez en sus hombros indicativos de estrés. -Deben pensar que Callie les
puede decir algo que será valioso para su caso.
-Sin embargo, Callie…, La rodilla de Arizona se calmó. …-Ella es mi pareja.
Me parece un movimiento arriesgado, llamar a alguien con un interés personal en
que su cliente sea condenado.
-Tenemos pruebas de ADN, un testigo presencial, un salto desde una ventana
alta que se puede leer como una admisión de culpabilidad..., Ken se calmó. …-Confía
en mí, que vamos a hacer todo lo posible para aumentar las probabilidades de
éxito mientras la defensa defiende lo indefendible. Lo que probablemente
sucederá es que la defensa va a pedir al juez que declare a Callie un testigo
hostil. Eso les da la libertad de preguntas más importantes, que normalmente
sólo se realizan durante el interrogatorio. Nuestra estrategia será la de ir
más a lo que sucedió esa noche, Colin Thomas fue llevado al hospital, con
suerte vamos a ser capaces de anticipar lo que han decidido aprovechar en su
caso.
Callie mantuvo la cabeza gacha y su mirada clavada en la mesa, incapaz de
hacer contacto visual con Arizona. Desde la llamada de Kent, ella había estado
temiendo este encuentro, y la conversación que se necesitaría. Ya era bastante
malo que la defensa pensara que podría ayudar a su caso. Aún peor era saber que
esto significaba que se le pediría que hablara acerca de lo que había sucedido
durante su enfrentamiento con Colin Thomas. Ella había guardado los detalles a
Arizona a propósito, consciente de que sus palabras crueles sólo le harían
daño.
-¿Calliope?
La dulce voz de Arizona la sorprendió volviéndola a la realidad.
Avergonzada por la constatación de que ambos estaban esperando a que ella
hablara, Callie se aclaró la garganta. -¿Sí?
-¿Puede decirnos lo que sucedió cuando Colin Thomas llegó a la sala de
emergencia? La profunda voz de barítono de Kent llamó la atención sobre la
mesa. Él le dirigió una sonrisa amable. …-Por favor.
Inspirando y exhalando aire, Callie dijo: -Mi colega, el Dr. Owen Hunt
entró en el hoyo con un hombre en una camilla. Él me llamó para que lo ayudara,
soy cirujano ortopédico y las dos piernas del hombre estaban vueltas añicos. El
hombre gritaba, había sangre por todas partes, me di cuenta que llevaba
pantalones de mezclilla, pero sin camisa. Cuando comencé a evaluar su
condición, me di cuenta de que la policía lo había acompañado, así que le
pregunté a uno de los oficiales que le había sucedido
-¿Y qué te dijo?
-“El nombre del hombre es Colin Thomas, que parece que había en el apartamento de una niña y la había
violado. Luego saltó de la ventana del dormitorio del cuarto piso cuando su
hermano llegó a casa temprano y lo atrapó en el acto.
-Después de lo ocurrido con la Dra. Robbins, su pareja, ¿debe haber sido
difícil para usted?..., Kent buscaba su rostro mientras esperaba una respuesta.
…-El tratamiento de él, quiero decir, a sabiendas de lo que había hecho.
Consciente de que estaba interpretando un papel, la prueba de ella, Callie
respondió: -Es difícil saber que había herido a una mujer como alguien que
había hecho daño en Arizona, pero no fue difícil hacer mi trabajo. Soy un
cirujano y puedo curar a la gente, alguien que necesite ser curado, sin
importar quiénes son o lo que han hecho.
Kent asintió con la cabeza. -Bueno. ¿Y qué pasó después de la cirugía?
-Después de que haber reparado y establecido las piernas correctamente, decidí
a ir a la cafetería. Yo estaba emocionalmente agotada... necesitaba un descanso. Pero luego vi a la Detective
Mendoza hablando con uno de los oficiales que habían venido con Colin Thomas
-La Detective Mendoza, fue quien tomó la declaración de la Dra. Robbins
después de su ataque. Kent escribió una nota en su bloc de notas. -¿Hablaste
con ella?
-Sí. Tragando saliva, Callie miró de soslayo la cara de Arizona. -Ella
pareció un poco nerviosa cuando me miró, así que decidí acercarme a ella. Le pregunté
si ella estaba allí por el hombre de las piernas rotas…
-Colin Thomas, corrigió Kent.
Siempre ser preciso, él había entrenado en Arizona durante su primera
reunión. En ese momento, Callie no había pensado que tendría que declarar. Si
ella lo hubiera sabido, hubiera prestado más atención a todas esas reglas. -Bien,
Colin Thomas. Mendoza dijo que ella había oído que yo había hecho la cirugía, y
la versión actualizada de que su estado era bueno, que se recuperaría.
-Entonces, ¿qué?
-Como he dicho, me había dado cuenta de que algo la incomodó al verme, así
que cuando ella me informó que alguien más debería manejar la atención de Colin
Thomas para el resto de su estancia en el hospital, yo sospeché quién era
él..., Callie vio a Kent hacer garabatos otra nota. …-Cuando yo le pregunté por
qué, dijo que aunque no podían saber a ciencia cierta hasta verificar la muestra
de ADN, tenían razones para pensar que
él era el atacante de Arizona.
-¿Te dijo por qué creía eso?..., Kent no apartó los ojos del bloc de notas mientras
anotaba lo que parecía ser una lista de preguntas. -Sabemos que las
circunstancias de las dos violaciones fueron completamente diferentes. ¿Qué le
hizo pensar, en ese momento, que era el mismo hombre que atacó a la Dra.
Robbins?
-No lo puedo decir con certeza…, Callie se esforzaba por recordar exactamente
lo que Mendoza había dicho. …-Ella me dijo que no podía revelar detalles en ese
momento en la investigación, pero que había similitudes entre lo que él dijo a
la muchacha esa noche y lo que Arizona informó que él le dijo. Y también que se
ajustaba en general la descripción física de Arizona de su atacante.
Pausando su escrito, Kent hizo contacto visual con Arizona. -Para que
sepan, les dijo a ustedes tres que esperaba dejarlas embarazadas. A pesar de
los diferentes Modus Operandi entre las violaciones, ese el único hilo común.
Sólo puedo asumir que es lo que la detective Mendoza reunió esa noche.
-Posiblemente. Ya en el borde, Callie se sacudió cuando la mano de Arizona
cayó sobre ella. La emoción turbulenta estaba haciendo estragos en el rostro de
Arizona, pero no dijo nada. Callie le dio la mano sobre la mano de Arizona,
maldiciendo sus palmas sudorosas. Ella ni siquiera había llegado a la parte
mala todavía. -En cualquier caso, tuve que excusarme de la conversación después
de eso. Yo... no me sentía bien.
-¿La Detective Mendoza le dijo algo más?
Tratando de no pensar en su conmoción y el horror al descubrir que sin
saberlo, había atendido a violador de Arizona, Callie murmuró: -Sólo que debía
mantener mi distancia de él.
-¿Y lo hiciste?..., Kent dio a Callie una mirada puntiaguda. -¿Mantuviste
la distancia?
Apretándo la mandíbula, Callie apretó la mano de Arizona cuando una ola de
vergüenza rodó sobre ella. -No.
-Continúa
-Esperé a que Arizona saliera de la cirugía para yo poder decirle lo que
había sucedido. Yo no quería tener ningún secreto con ella, y yo no quería que
ella lo supiera de alguien más.
-¿Cuál fue su reacción?
-Ella estaba molesta, por supuesto..., Callie miró a Arizona, no del todo
cómoda hablando de ella como si ella no estuviera allí. Arizona le dio una
breve inclinación de cabeza, animándola a seguir hablando. …-Yo la consolé
durante unos minutos, luego me ofrecí a llevarla a su casa. Ella se negó, no
quería dejar a sus pacientes, y luego ella fue llamada por el buscapersonas
para atender otra emergencia, así que nos quedamos en el hospital.
-¿Usted estaba muy molesta, también, en este momento?
-Por supuesto que lo estaba. La voz de Callie aumentó ligeramente en el
juicio que percibió en el tono de Kent, la rabia había sido una reacción
razonable, había pensado en ese momento, aunque ahora se lamentaba de haber permitido
que sus emociones dictaran sus acciones esa noche. Si ella simplemente hubiera
obedecido la solicitud de Mendoza que se mantuviera alejada de Colin Thomas, no
estaría aquí ahora, y ella no estaría a punto de destruir a Arizona con el
resto de esta historia. Enojada con ella misma, Callie espetó: -¿Cómo no iba a
estar molesta? Estuve dos horas haciendo la cirugía al hombre que violó a la
persona que más amo en el mundo. Luego tuve que decirle que el monstruo que todavía
ve en la oscuridad todas las noches estaba allí en el edificio con nosotras, y
que había herido a otra mujer, que tenía que ver con otro evento traumático, y
justo cuando las cosas estaban empezando a mejorar. Sí, yo estaba molesta.
Quería matarlo.
-Calliope… Arizona con voz áspera, agarró su mano con fuerza. …-No lo
hagas.
Kent levantó la ceja. -Ella tiene razón, Callie. Es necesario mantener la
calma. No puedes dejar que el abogado defensor vea eso
Sintiéndose muy pequeña, Callie se mordió el labio lo suficientemente
fuerte como para acabar con su ira y traer lágrimas a sus ojos. Ella no estaba
exactamente siendo fuerte para Arizona en estos momentos, lo que sólo agudizó
su auto-recriminación. -Lo siento.
Arizona, le acarició el pulgar por encima del de Callie. -¿Es necesario
tomar un descanso?, preguntó ella en voz baja, como si fueran las únicas dos
personas en la habitación.
Callie sacudió la cabeza. Ella sólo quería terminar con esto.
-Está bien..., Kent se aclaró la garganta. …-Así que no mantuvo su
distancia de Thomas. Háblame de eso.
Cerrando los ojos, Callie clavó las uñas de su mano libre en su muslo. Ella
sabía que escuchar los detalles de su encuentro con Colin Thomas haría daño a
Arizona, y que le hizo desear un poco de dolor en sí misma. Era lo único que le
conseguiría a través de la siguiente parte. -Fui a su habitación. Yo no sabía
lo que iba a hacer cuando llegué allí, pero yo estaba solo... lívido. Había un
oficial que custodiaba la puerta, el me vio entrar a la habitación.
-¿En este momento todavía eras técnicamente su médico?
-Probablemente. No sé si la detective Mendoza había hablado con Derek
Shepherd todavía…, Nadie me impidió entrar en su habitación, mi nombre estaba
todavía en su carta. Callie abrió los ojos, estudiando un grano en la mesa de
conferencias de madera. …-De inmediato me preguntó por los analgésicos, y yo se
los negué
La punta de la pluma sobre el papel se detuvo, y aunque ella mantuvo la
mirada baja, Callie sintió que Kent la estaba mirando -¿Alguien fue testigo de su
interacción con el acusado?
-Nadie escuchó nuestra conversación. Estábamos solos en la habitación con
la puerta cerrada hasta que Derek Shepherd y el oficial vinieron a sacarme un
par de minutos más tarde…, Lanzando una mirada de soslayo a Arizona, luego a
regañadientes dio Kent toda su atención. …,¿Realmente tenemos que ir más allá de
lo que se dijo en esa habitación? Nadie puede corroborar mi historia, de todos
modos. Tanto Derek Shepherd como el policía se aseguraron en dejar claro que no
se habían dado cuenta de las cosas habían pasado a lo físico. Colin Thomas nunca
presentó cargos contra mí.
-Callie, no puedo ser sorprendido en la sala. No sabemos lo que la defensa
va a pedirle a usted o qué pruebas podría tener. Lo que necesito saber es lo
que sucedió, exactamente como ocurrió. ¿Sería más fácil si Arizona, saliera de
la habitación?
Consciente de que no podía pedirle algo así a Arizona, Callie sacudió la
cabeza. -No.
-Está bien…, Kent esperó un momento y luego dijo: …-Tómate tu tiempo.
Forzando el entumecimiento en la parte delantera, Callie se rindió a lo
inevitable. No había manera de evitarlo. Lo mejor que podía hacer era que esto
fuera rápido. -Yo le negué los analgésicos, por lo que me llamó puta de mierda.
Me fui con él. Le pregunté si así era
como él veía a las mujeres, como putas de mierda, y si que le hacia más fácil
para él violarlas. Hemos intercambiado duras palabras hasta que finalmente me
dijo que le diera las drogas o que saliera de la habitación. Yo estaba furiosa.
Le dije... que alguien importante para mí había sido violada en el hospital un
par de meses antes. Le pregunté si sabía algo al respecto.
-¿Qué dijo? Kent no estaba tomando notas ahora. Él simplemente observaba
con ojos compasivos a Callie.
-Dio a entender que debido a que la policía me había dicho que él fue
acusado de violación, yo estaba dispuesta a echarle la culpa de todas las
mujeres de la ciudad que habían conseguido un “amante rudo”…, La parte más fea
de la historia se acercaba rápido, Callie comprobó la reacción de Arizona. Su
boca se dibujaba en una línea apretada, la frente arrugada, por lo que parecía
disgustado. Ella asintió con la cabeza a Callie para continuar. …-Le dije que
lo que había sucedido a mi amiga era más que un poco “amor rudo", y que él
lo sabía. A continuación, lo espeté. Él
estaba en el dolor, él estaba enojado. Sin atreverse a ver hacia Arizona,
Callie apretó sus uñas en la ropa de sus pantalones. Le habría gustado que le
doliera aún más. -Colin Thomas me miró a los ojos y me dijo que si yo estaba
hablando de “ese cirujano coño con el apretado coño", para darle un descanso,
que ella se lo buscó.
Arizona, apretó su mano en la suya de manera casi imperceptible, pero
aparte de eso, no hubo reacción. Ni siquiera el más mínima movimiento.
Kent tosió. -¿Es seguro asumir que fue a raíz de esto cuando las cosas se
volvieron físicas?"
Callie se estremeció cuando finalmente aflojó su apretón en el muslo.
–Sí, agarré una de sus piernas y le
clavé las uñas en el músculo hasta que Derek Shepherd y el agente de la policía
entraron en la habitación y me apartaron. Thomas afirmó que él me dijo que no
había hecho daño a “mi amiga”, pero que yo lo había atacado de todos modos. Me amenazó
con demandar, pero Derek Shepherd y el policía negaron haber visto algún
asalto.
-Está bien…, Kent tocó la pluma en el bloc de notas. …-Así que admitió
haber violado a Arizona, pero lamentablemente nadie lo escuchó. Si la defensa
decide plantear la cuestión del asalto, durante el interrogatorio le preguntaré
qué es exactamente lo que te dijo. Van a presentar casi con toda seguridad una
objeción, pero vale la pena intentarlo.
-No sé si importa, pero ambos Shepherd y el policía le oyeron decirme que
no fuera celosa, que le gustaban las chicas grandes, también. Pero eso no es
una confesión..., Incapaz de resistirse, Callie robó otro vistazo a Arizona. Sus
ojos estaban cerrados, su expresión cerrada. No había forma de leer su estado
de ánimo. …-Lo siento", dijo Callie vez más, tanto a Arizona como a Kent.
-Fue tonto de mi parte, enfrentarse a él. No logré nada, y si hay alguna
posibilidad de que vaya a arruinar su caso…
Kent le retiró la palabra. -Tenemos un caso fuerte en contra de Colin
Thomas, así que no logre esto asustarla. Que te llaman como testigo. Su trabajo
consiste en decir la verdad, mantener sus respuestas simples, y mantener la
calma. Sinceramente, no anticipo que esto pueda descarrilar nuestra estrategia
de ninguna manera.
Las ventanas de la nariz de Callie se encendieron mientras luchaba contra
una ola de ansiedad y desesperación. Ella soltó la mano de Arizona, aún a
sabiendas que ella se merecía la comodidad de su presencia siempre. Sus errores
la obligaron a vivir una experiencia estresante una vez más y lo que es peor, a pesar de la calma de
Arizona aún no había vacilado, Callie contuvo el aliento mientras esperaba las
consecuencias inevitables.
Pero Arizona no se derrumbó. En cambio, ella puso sus brazos sobre los
hombros de Callie y le dijo: -Kent, ¿podemos tener unos minutos?
-Claro..., Kent echó hacia atrás su silla. -¿Por qué no simplemente la llamo
un día? Podemos reunirnos una semana antes de testificar, Arizona, para no
dejar ningún cabo suelto.
-Gracias, dijo Arizona. Se puso de pie con Kent, estrechando su mano sobre la
mesa. Callie se quedó sentada, ella no confiaba en sus piernas para apoyarse en
ellas, ni en su estómago para tolerar el movimiento. Revivir su encuentro con
ese imbécil la puso furiosa y no sólo eso, también sintió náuseas y pesar. Vio a
Kent salir de la habitación, y luego se sorprendió cuando Arizona puso una mano
sobre su hombro. -Ponte de pie, Calliope.
Callie arrastró su mirada a la cara de Arizona, asustada por lo que vería,
sorprendida de encontrar la ira. Se preguntó cuánto de ella, en su caso, era
para ella. -No creo que pueda, susurró Callie.
La expresión de Arizona se suavizó. –Entonces me vuelvo a sentar, murmuró
ella, animando a Callie a rodar su silla de la mesa. Para sorpresa de Callie,
Arizona, se arrastró en su regazo, envolviendo los brazos alrededor de sus hombros
y sosteniendo con fuerza. -¿Por qué te ves como si esperas que te pateen?
Callie se sorprendió al sentirse relajada por el abrazo. Se acercó a Arizona,
feliz de que este giro de los acontecimientos no parecían haber abierto una
brecha entre ellas. -Yo nunca debería haber ido a su habitación…, Entonces, más
suave, agregó: …-Nunca quise que tu supieras lo que él me dijo.
-No, no es bueno. Arizona rozó los labios sobre la mejilla de Callie, provocando
un escalofrío que la distrajo brevemente Callie de su propio sentimiento
de culpa. -Esto fue bueno.
-¿Bueno?..., Callie se apartó, escéptica de que Arizona no acababa de poner
una cara valiente. …-¿Cómo puedes enterarte de la basura que dijo y que eso sea
bueno de alguna manera?
-Porque ahora estoy enojada otra vez..., Con los ojos brillantes, Arizona
pasó los dedos por el pelo oscuro de Callie, raspando las uñas suaves contra su
cuero cabelludo, …-Y estar enojada realmente, realmente ayuda.
Inclinándose en la caricia, Callie dijo: -¿Así que... eres bienvenida?,
¿supongo?
Arizona, soltó un bufido. Luego dijo, con fiereza: -Es un idiota.
-No tienes ni idea. Callie había pasado por alto algunos de los detalles
menos relevantes, incluyendo su casi constante corriente de abusos verbales y
los insultos. Tan sólo con recordar la forma en que había hablado con ella, y
sobre Arizona, Callie se estremeció.
-En realidad, tengo una muy buena idea. Las características hermosas de
Arizona por un momento se nublaron con el dolor, por lo que Callie lamento sus
palabras descuidadas. –Pasé los diez minutos más largos de mi vida con él,
después de todo.
-Por supuesto. Tomando la cara de Arizona entre sus manos, Callie tiró de
ella para un beso suave. -Lo siento. Una vez más.
Arizona, negó con la cabeza. Después de un momento de silencio, dijo: -¿sabes?,
incluso si no se tiene en cuenta en la corte, significa algo que él haya
admitido lo que él me hizo. Así que me alegro que fueras a su habitación, por
esa sola razón.
-Aún así fue una jugada tonta. Tengo suerte de no haberle hecho daño en serio,
después de lo que dijo acerca de ti…, Permitiendo que sus brazos cayeran
alrededor de la cintura de Arizona, Callie tragó dolorosamente. …Él tiene una
boca muy sucia. Espero por tu bien que la mantenga cerrada durante el juicio.
-Yo también. Arizona retomó su asiento. Luego se estrechó las manos de
Callie entre las suyas, dándole un suave apretón. -Lo digo en serio, Callie.
Estoy enojada en este momento, y es una cosa muy buena. Desde que fue arrestado
todo lo que he sentido es miedo y ansiedad. Ahora siento algo más, y estoy
agradecida por que la ira me hace más fuerte. Me motiva.
-Estoy enfadada, también. Callie relajó los hombros, aliviada de poder
admitirlo en voz alta. Por lo general, ella trató de proteger a Arizona de su
ira, decidida a ofrecerle nada más que cosas positivas. Sin embargo, la
admisión de Arizona la hizo sentirse lo suficientemente segura para decir la
verdad sobre sus propias emociones. -Pero no creo que mi enojo esté ayudando a
nadie en este momento.
Arizona, le apretó las manos de nuevo. -Sé que estás enojada, Calliope, por
supuesto que lo estás. Tú me amas.
-Sí, lo sé.
-Te amo, también. No era la primera vez, que Arizona la miraba como ninguna otra persona la había
mirado. -Ninguno de nosotros es perfecto, las dos hemos cometido errores, pero
yo no estoy molesta contigo acerca de lo que pasó en la habitación de Colin
Thomas, ¿de acuerdo?
Callie contuvo el sollozo que amenazaba con escaparse en las palabras
sinceras de Arizona. -Está bien.
-Hey, todo va a estar bien. Arizona, metió un mechón de cabello de Callie
detrás de la oreja, un gesto afectuoso que atrajo una sonrisa instintiva a la
cara de Callie. -Estoy tan, tan triste que él te haya arrastrado a esto, pero
sé que vas a ser grande, y todo estará bien.
Callie reconoció que una vez más su papel se había movido de un tirón, con
Arizona como protector y ella como la protegida. La última vez que esto había
sucedido, Arizona floreció cuando se le dio la oportunidad de ser la más
fuerte. Callie estaba más que feliz de dejar que lo hiciera nuevamente. -Lo sé.
Tienes razón.
Arizona, la golpeó con una sonrisa soleada que hizo que el pecho de Callie
se apretara con el placer. -Me encanta cuando dices eso.
Callie se echó a reír. -Sé que lo haces.
-Te diré que, ¿por qué no me dices una vez más acerca de lo acertada que
soy mientras vamos camino a casa?
-¡Nah!. Tomando la pista, Callie respiró hondo y se levantó. Sus piernas
eran constantes ahora -No quiero que te metas la cabeza grande. Más grande que
lo que ya es, quiero decir.
-Bonito. Arizona, se puso de pie, y le dio un manotazo ligero a la parte
inferior de Callie. -¿Entonces, qué, nos vamos a casa, cerramos las puertas
detrás de nosotras, y pasamos la noche acurrucadas en el sofá?
-Si hay algo que va a hacer el día de hoy mejor, eso lo será, sin duda.
Callie tomó la mano de Arizona, pero Arizona la sorprendió tirando de ella en
un abrazo feroz.
-No importa lo que sucede con este juicio, te tengo a ti. Esa es la parte
importante. Y tú y yo, vamos a estar bien…, Arizona, hundió la cara en el
cuello de Callie, respirando con dificultad, …-Eso es algo que sé con certeza.
El pecho de Callie se hinchó de placer doloroso, sintiendo una ola de
intensa emoción que casi la hizo llorar de nuevo. El amor de Arizona era su
certeza de lo brillante y lo resplandeciente, incluso en tiempos como estos,
cuando todo lo demás se sentía jodido y malo. Trayendo a Arizona más cerca,
volvió a centrarse en lo único que realmente importaba.
Todo estaría bien. Tenía a Arizona.
Callie besó el cabello sedoso y rubio que le hizo cosquillas en la cara,
inhalando profundamente. Y su mundo se enderezó de nuevo. -Yo también.
Esta historia continuará…
Capítulo publicado originalmente en: http://fictitiouschick.livejournal.com/6645.html
Muy buena historia, gracias por traducirla ;)
ResponderEliminarMuchísimas gracias a ti por seguir está y el resto de los fanfiction que estoy publicando. Un abrazo, Miki
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