Tema musical de esta historia

miércoles, 13 de junio de 2012

"Little Earthquakes" - Capítulo VII


CAPITULO VII

Callie se desplomó en el sofá de Arizona, después de una larga jornada que había terminado una hora atrás después de haber agotado su límite físico. Por desgracia, el día no había acabado todavía. En algún momento de esta noche tendría que regresar al hospital para recoger a Arizona. Después de una semana en que habían programado sus turnos para que coincidieran, Arizona, se había quedado hasta tarde esta noche para atender la consulta de uno de los pacientes de Mark Sloan, una niña que había sufrido graves quemaduras en el incendio que destruyó la casa de su familia. Como no quería caer en una sala de guardia, Callie había decidido volver al apartamento  de Arizona para descansar, incluso si eso significaba que sólo tendría que salir de nuevo en breve.

Estar sola en el apartamento de Arizona agitaba una mezcla de sentimientos. Rodeada por el olor de de ella, Callie extrañaba a su pareja con tal intensidad que le dolía. Habían sido casi inseparables en las últimas dos semanas, e incluso cuando no estaban juntas, Arizona consumía los  pensamientos de Callie “donde estaba”, “cómo estaba”. Lógicamente Callie sabía que Arizona necesitaba espacio de vez en cuando, la oportunidad de estar sola, pero hasta este momento, Callie no se había dado cuenta que ella también necesitaba un tiempo de curación.

Tan difícil como era estar lejos de Arizona, Callie sintió que su cuerpo se relajaba ahora que podía bajar la guardia. Sola, ella no tenía que permanecer en alerta máxima. No había necesidad de analizar cada palabra y  cada acción, no tenía que preocuparse que ella pudiera hacer algo que pondría a Arizona por el camino del miedo o de la ira. El haber logrado que Arizona abandonara sus defensas y fuera honesta acerca de su lucha había sido lo mejor para su recuperación, pero ahora que Arizona ya no se protegía de  Callie con  el peso de sus emociones, Callie estaba simplemente agotada.

Cuando los ojos de Callie empezaron a ceder y los cerró, sonó su teléfono móvil. Suspirando, Callie dijo: "¿En serio?" Ella tuvo la tentación de dejar la llamada en el buzón de voz sólo por un instante, sin embargo cogió el teléfono y miró a la pantalla. Addison Montgomery. Luego de dudarlo un momento, Callie decidió que la siesta podría esperar: -Oye, Addie.

-Los hombres apestan.

Callie sonrió al escuchar el  saludo normalmente directo de Addison. Después de la última semana y media, tenía más simpatía de lo normal por ese mismo sentimiento: -Estoy totalmente de acuerdo.

-Estoy empezando a pensar que tuviste la idea correcta al mudarte a la isla de Lesbos.

Callie cerró los ojos. -Me gustaría poder decir que todo es sol y arco iris aquí, pero eso sería una mentira.

Addison se quedó en silencio por un instante, entonces dijo, -¿Qué pasa, Callie?, la voz de Addison se suavizó… -Pareces agotada, ¿tuviste un mal día?

-Un duro par de semanas. Inhalando, Callie dijo: -Las más difíciles de toda mi vida

-¿Problemas de chicas?

-No. Callie se estremeció, preguntándose si ella tenía la energía para hablar de eso esta noche. -Lo siento, yo no tenía la intención de apropiarme de la conversación.

-No seas ridícula, dijo Addison. -Parece que tenemos que hablar. Y yo soy tu amiga. Así que habla. ¿Qué pasó?

Callie exhaló. Realmente no había una  buena manera de decirlo, sino con toda claridad. -Arizona fue atacada en el estacionamiento al salir del trabajo. El viernes ante pasado.

Addison exclamó audiblemente. -Oh, Dios mío. ¿Atacada?

-Ella fue violada.

-¡Jesús!, Callie. ¡Oh, no!. Addison parecía a punto de llorar. -Yo... no sé qué decir. Lo siento mucho.

-Sí. Callie se pellizcó el puente de la nariz sin abrir los ojos, con la esperanza de evitar las lágrimas pero estaba demasiado cansada como para contenerse. -Es bastante devastador.

-Pobre Arizona. ¿Fue muy mal herida?

-Fue bastante malo. Él realmente le dio una paliza. Ojos negros, corte en el labio, contusiones por todo el cuerpo. Él... la violó, en el estacionamiento, mientras yo estaba en el hospital, mirando el reloj.

Addison hizo un pequeño ruido de dolor. -Espero que no te estás culpando. ¿Cómo podrías saberlo?

-Yo no podría haberlo sabido. La barbilla de Callie se estremeció. –Sin embargo me hubiera gustado

-Sé que es una pregunta tonta, pero ¿cómo está ella?

-Ella está luchando. Tiene problemas para dormir. Pesadillas. No mucho apetito. Ella ha tenido unos flashback muy intensos, uno en el quirófano, mientras estaba operando

-Maldita sea. La voz de Addison irradiaba simpatía. Como cirujano, obviamente entiendía cuan inquietante sería perder el control en esa situación. -¿Está viendo a alguien? Un terapeuta?

-No. A pesar de que Arizona había prometido hablar con alguien, hasta ahora no lo había hecho. Pero sólo habían pasado cinco días desde su ataque de pánico durante la cirugía, por lo que Callie estaba dispuesta a darle el beneficio de la duda. -Ella dijo que ella va a encontrar a alguien, pero creo que está tratando de armarse de valor. No le gusta hablar de ello.

-Eso es comprensible. Pero eso va a ayudar.

-Lo sé.  Callie suspiró profundamente. -Arizona es una persona por lo general feliz y creo que todo esto es realmente nuevo para ella, ser lastimada de esta manera. Durante la primera semana, ella trató de enterrar todo, tratando de convenserse y de convénserme que todo estaba bien

-Bueno, eso no funciona.

Algo en el tono de Addison le indicó a Callie que ella tenía conocimiento sobre el tema. El corazón de Callie se hundió. -Por favor, dime que no lo sabes por experiencia personal.

-He aconsejado a víctimas de violencia sexual como voluntaria cuando estaba en la escuela de medicina. Y en diferentes momentos desde entonces. Addison se aclaró la garganta. –La curación es un proceso difícil, l Pero ella se curará.

-Se lo digo todo el tiempo, pero es tan difícil en estos momentos.

-Eso es totalmente normal. Su mundo ha sido sacudido. Addison no estaba diciendo nada que Callie no supiera por instinto, pero ayudaba conocer la confirmación. –Eso también va para ti, tu mundo también fue sacudido

A Callie no le gustaba hablar de sí misma en esta situación. Arizona era la que realmente había sido dañada. -Yo sólo quiero que ella este bien.

-Ella va a a estar bien.

Cuando la primera lágrima se deslizó finalmente, Callie decidió dejar que salieran. Se sentía mejor que forzarse  tanto para suprimir la tristeza que constantemente se quedaba en la superficie. -Nunca he visto a alguien a quien amo con tanto dolor. Yo no podría haber imaginado un sentimiento así. Riendo amargamente, Callie dijo: -Yo ni siquiera sé cómo me siento más. A veces me siento entumecida.

-Este es un proceso para ti también, dijo Addison en voz baja. -¿Estás hablando con alguien?

-En realidad no. Callie se acurrucó, presionando sus rodillas en los cojines del sofá. La posición de su consuelo, la hacía sentirse al abrigo de alguna manera. -Con Mark, un poco. Arizona me dijo que sabía que tendría que hablar de ello, pero de alguna manera no me parece justo. Como no es algo mío de lo que tengo que hablar.

Es  tuyo, también. Es algo diferente a lo que Arizona está pasando. Pero sigue siendo algo. Addison se rió entre dientes ligeramente. -Sin embargo, ¿Mark? ¿En serio?

Callie sonrió. -Ha sido genial, la verdad.

-Bueno, si alguna vez quieres hablar con alguien que no es Mark Sloan, estoy aquí.

La oferta era de su voz suave y sincera, y Callie se animó  ante  la preocupación que percibió en la voz de Addison. Ahora que Addison le había dado permiso para descargar, las palabras comenzaron asalir. -Nunca esperé experimentar algo como esto con un compañero. Y no sólo porque casi siempre he salido con hombres. Esta es la primera vez que he pasado por algo de esta magnitud dentro de una relación. No tengo ni idea de lo que se supone debo hacer.

Apoyarla. Escúcharla. Hablar con ella. Podía oír sonrisa la de Addison. -Sé cómo te sientes acerca de esa chica, Callie. Tengo la sensación de que lo estás haciendo muy bien.

-Estoy tratando. Al principio le estaba dando su espacio, y no la empujaba... pero después de lo ocurrido en el quirófano, decir que fue una crisis es poco. Nunca la había visto tan enojada. Sinceramente, daba miedo. Callie tomó aire, recordando cómo se había sentido al soportar todo el peso de la ira de Arizona. De pie, frente  a Arizona, el no permitirle huir y esconderse, había sido aterrador. -Pero las cosas han sido un poco mejor desde entonces. Cuando la toco y se pone tensa, ella me dice por qué en lugar de insistir que está bien. Y ahora me despierta cuando tiene pesadillas, porque dice que le ayudo a sentirse lo suficientemente segura para volver a dormir. Y cuando está asustada o molesta, ella lo admite. Creo que todo es ayudar, poco a poco. Ella está empezando a tener días y buenos momentos. No sólo buenas horas. ¿Sabes?

-Eso es excelente.

-Pero yo soy la que estoy constantemente en el borde. No queriendo hacer o decir algo que la moleste. Sin saber lo que vendrá después. Y aún debemos esperar escuchar lo que resulte sobre el ADN en cualquier momento. El resultado de la prueba del VIH el próximo mes. Y luego están ahí todas las otras posibles consecuencias. ¿Qué pasa si cogen el hombre? ¿Qué pasa si hay un juicio?.

-Uno no puede preocuparse por el futuro. El tono confiado de Addison le indicó a Callie que ella había entrado en el modo de consejero. –Hay que llevar las cosas un día a la vez, ¿de acuerdo? Si te enfocas en todas las cosas que pueden suceder, te vas a volver loca.

-Y luego está el sexo. Quiero decir, que ni siquiera hemos hablado de eso todavía. Ella no está lista para tener relaciones sexuales en estos momentos. ¿Pero qué sucede cuando ella diga que lo está? ¿Qué debo hacer? ¿Qué pasa si termino asustándola? O si se le dispara algún flashback?.  Una lágrima caía sobre el cuello de Callie, alertándola  a ella el hecho de que no había dejado de llorar todavía. Este tema le había retorcido las tripas en nudos dolorosos los últimos dos días, a pesar del hecho de que en realidad no había llegado. Pero echaba de menos a Arizona, de esa manera, y por algunos de los comentarios recientes de Arizona, sabía que ella también sentía la pérdida de su conexión física. Callie sabía que en algún momento tendrían que llegar a ese punto y ella estaba aterrorizada de ese día.

-Vaya, dijo Addison en voz baja. -Como he dicho, un día a la vez. Cuando Arizona decida que quiere ser sexo otra vez y explorar una vez más, sólo será un paso más en el proceso de su curación. La clave está en hablar con ella, comunicarse. Ayudarla a mantenerla en el momento. Cuando un sobreviviente se desencadena por algo, el truco para ellos para es aprender a permanecer en el presente. Reconocer que están a salvo. Hay muchas maneras diferentes que Arizona puede hacer eso. Y tú puedes ayudarla.

Callie se limpió la cara con las manos temblorosas. -Yo no sé por qué estoy siquiera pensando en ello ahora mismo. Estamos muy lejos de ese punto.

-Bueno, nunca se sabe. No existe una línea de tiempo para eso. Es posible que ella quiera esperar un rato hasta que se sienta más cómoda, o ella puede estar dispuesta a volver a conectarse sexualmente en un espacio seguro. Para recuperar su cuerpo y su sexualidad. Addison hizo una pausa y luego dijo: -Y tú estás pensando en ella porque la echas de menos. Ella sigue siendo la mujer que amas. Esto no cambia nada de eso.

-No, no lo hace. Callie se deslizó una mano bajo el dobladillo de la camiseta, tocando su vientre al descubierto. La conexión la tranquilizó, aunque ella deseaba que fuera la piel de Arizona la que estuviera debajo de sus dedos. -Yo la quiero mucho, Addison. Y tienes razón. Yo la extraño. Ella es la única, ¿sabes? Si no estaba plenamente consciente de eso antes, lo estoy ahora.

-Ella tiene suerte de tenerte, Callie. Trata de no preocuparte tanto, ¿de acuerdo? Arizona, te dirá cuando esté lista para el sexo. Y ella puede o no tener razón en eso. Puede que tengas que hacerlo si ella se abruma. Pero lo van a trabajar juntas con el tiempo.

-Espero que sí.  Callie exhaló una vez más y se echó a reír con voz temblorosa. -En serio, lo siento. Tú no llamaste para escuchar todo esto. Tal vez me puedas decir por qué los hombres apestan. Más allá de las obvias razones, quiero decir.

Addison dudó y luego dijo: -¿En serio? Tú acabas de poner mis problemas en perspectiva. Estoy bien.

Bueno, es bueno escuchar.

-No es de extrañar que estás tan cansada, dijo Addison en voz baja. -Hazme un favor, cariño. Asegúrate de tener tiempo para ti misma de vez en cuando. Eso es por ambas. Si tú te quemas, no sería bueno para ella.

-Bueno, tengo la intención de dormir como los muertos tan pronto como yo la recoga después del trabajo. Hemos estado compartiendo los turnos, pero tuvo que quedarse hasta tarde esta noche. Ella no viene o va sola ahora.

-Puedo entender eso. Pero yo no estaba hablando sólo de dormir. Estoy hablando de un tiempo de relax, salir con los amigos. El tiempo fuera de la burbuja, porque sospecho que los das están viviendo en el interior de esa burbuja.

-No estoy realmente en el estado de ánimo, para ser honesta. Para salir de la burbuja.

-Lo sé. Pero eso no quiere decir que eso no sea importante". Addison se rió entre dientes. -Eso es algo en lo que Mark si serí. Es un tipo divertido. Así que ve a divertirte la próxima vez que tengas la oportunidad. Por favor.

-Voy a intentarlo. El teléfono sonó en el oído de Callie, y se alegró al ver la cara en la pantalla. -Espera un segundo, Addison, es Arizona que está llamando.

-No hay problema.

Callie hizo clic sobre la tecla. -Oye, nena. Lista para volver a casa?

-Hola. Para deleite de Callie, podía oír la sonrisa de Arizona en su voz. Y sonaba auténtica. -Me gusta eso. Escucharte a ti llamar ese lugar “mi casa”.

-Mi hogar está contigo. Donde sea que estés en un momento dado.

Callie juró que podía oír como se amplió la sonrisa de Arizona. -Tú estás bateando esta noche a mil, Calliope. Yo no creo que sea posible que te ame más.

La felicidad de Arizona borró la agitación y el agotamiento en que  Callie había estado envuelta sólo unos momentos antes. Era por eso que nunca dudó que Arizona se merecía todo el esfuerzo. -Voy a salir ahora y estaré allí en diez minutos.

-No, yo en realidad te estaba llamando para decirte que Teddy me va a llevar a casa. Creo que vamos a pasar el tiempo por ahí un poco primero, sin embargo. ¿Está bien?

-Por supuesto. Por mucho que Callie extrañara a Arizona, la idea de ser capaz de irse directamente a la cama era seductora. -Probablemente me vas a encontrar durmiendo, si no te importa.

-No me importa. Arizona, bajó la voz. -Te lo has ganado.

Callie sonrió. -Dile a Teddy hola de mi parte, ¿de acuerdo?

-Lo haré. Arizona, hizo una pausa. -Creo que vamos a... hablar acerca de las cosas

Callie se sentó en el sofá, de repente despierta. -Oh. Eso es bueno., ¿Verdad?

-Vamos a ver." Arizona, se rió nerviosamente. -Espero que sí.

-Va a ser bueno. Callie se puso la mano sobre su corazón, vencida por una ola de profunda emoción. Ella sabía que Arizona no estaba contenta del todo con la forma en que ella había tenido que hacer frente a las consecuencias de lo que pasó, pero Callie no podía estar más impresionada. -Estoy orgullosa de ti, querida. Realmente lo estoy

-Gracias, murmuró Arizona. -Te veré en la cama, ¿Ok?

-Ya lo creo. Voy a dejar una luz encendida.

Callie hizo clic de nuevo para seguir con Addison. -¿Sigues ahí?

-Sí, aquí estoy.

-Arizona va a pasar el rato con Teddy. Así que supongo que voy a disfrutar de ese sueño profundo del que estaba hablando un poco antes de lo previsto.

-Bien por  Arizona, dijo Addison calurosamente. -Toma nota, Torres. Salir con amigos.

Callie puso los ojos. -Mensaje recibido. Pero esta noche, la cama es mi amigo. Y tenemos un montón de cosas para ponernos al día.

Riendo, Addison dijo: -Mensaje recibido. Voy a dejarte ir. Cuidate, ¿de acuerdo? Cuida de Arizona. Y llámame si me necesitas.

-Lo haré. Callie sonrió. -Te echo de menos, Addie. Recuerdame otra vez por qué te fuiste?

-A veces me pregunto lo mismo.

-Voy a hablar contigo después. Y buena suerte con tus problemas de hombres. Vamos a hablar de ellos la próxima vez, te lo prometo.

-Buenas Noches, Callie.

-Buenas noches.

Callie cerró su teléfono, aliviada de que no tenía que ir ningún otro lugar. Ella confiaba en Teddy para cuidar de Arizona, así que por las próximas horas por lo menos, ella sólo tenía que preocuparse de sí misma. Odiaba admitir lo bien que eso se sentía. Sabiendo que echaría de menos el calor del cuerpo de Arizona junto al suyo, pero entusiasmada con la posibilidad de descansar,  arrastrándose por debajo de la colcha cálida, Callie se arrastró hasta el dormitorio para un buen sueño, que no disfrutaba desde hace mucho tiempo.

#

Arizona, se sentó en el asiento del pasajero del coche de Teddy y se quedó mirando por la ventana  las calles de la ciudad a oscuras. Ella no había salido tarde en la noche sin Callie desde la violación. Es asombroso cómo algo que solía hacer sin pensar, se había convertido en una experiencia extraña, inquietante. Estar con Teddy significaba que ella probablemente estaba razonablemente segura, después de todo, ella tenía la impresión de que Teddy podía patear algún culo importante si era necesario, pero en estos días la presencia de Callie la consolaba más que cualquier otra cosa. Por mucho que tenía ganas de pasar tiempo con su otra mejor amiga, Arizona, no podía dejar de extrañar a Callie intensamente.

-¿Te importa si cenamos algo? Teddy miró hacia otro lado de la carretera, para capturar la mirada de Arizona. -Me muero de hambre.

-Por supuesto. Técnicamente Arizona no tenía mucha hambre, pero sabía que tenía que comer. Tenía que darle combustible al cuerpo si quería permanecer fuerte, incluso si la comida no sabía tan bien como solía hacerlo. -Lo que tú quieras.

-¿Pizza?

Arizona, sonrió. “Pizza” siempre le hacía pensar en Callie, de la primera vez que hicieron el amor. -Me encanta la pizza.

-Podemos llamar y ordenar desde el automóvil, y decirles que sea entregado en mi casa, a menos que quieras ir a sentarte en alguna parte.

Arizona, negó con la cabeza. A pesar de que lo estaba temiendo, formaba  parte de su misión esta noche tratar de hablar con Teddy acerca de lo que había sucedido. Lo que estaba pasando ahora. Ella no estaba más cerca de querer hablar sobre eso de nuevo, pero ella se le lo había prometido a Callie. Y Arizona, mantenía sus promesas. La alegría manifiesta en la voz de Callie cuando habían hablado por teléfono le había recordado que enfrentar sus temores era lo correcto.

-Prefiero ir a tú apartamento, dijo Arizona. –Hay más privacidad.

-Entiendo. Teddy levantó una ceja esperanzada. -Te gusta el pimiento verde y cebolla?

-Perfecto.

Arizona, se sentó en silencio mientras Teddy ordenó la pizza. Cuando Teddy colgó, Arizona se volvió en su asiento y estudió el perfil de su amiga. Antes de la violación, hablar con Teddy siempre había sido fácil. Ahora Arizona, apenas sabía qué decir.

-No tenemos que hablar de eso esta noche, ya sabes. Teddy le dio una mirada de soslayo. -Si tú no estás lista. Estoy totalmente de acuerdo con simplemente pasar el tiempo.

-No, estoy lista. Para hablar un poco, por lo menos. Encogiéndose de hombros, Arizona recogió en la rodilla sus vaqueros desgastados. -Supongo que simplemente no sé cómo.

Teddy condujo su coche hacia el estacionamiento de un edificio de apartamentos residencial. Ella asintió con la cabeza a un guardia de seguridad que estaba sentado en una cabina en la entrada, y luego estacionó en un lugar vacío. Al apagar el coche, Teddy se desabrochó el cinturón de seguridad y se desplazó para hacer frente a Arizona. -¿Por qué no entramos y nos tomamos una copa de vino?

Arizona, sonrió. -Puedo vivir con eso.

Teddy salió del coche, caminó hacia el lado del pasajero y Arizona, salió con una mirada nerviosa alrededor. El aparcamiento estaba bien iluminado y tranquilo, y Teddy estaba allí con ella, pero eso no impidió una oleada de pánico que agitó el  intestino de Arizona.

-La seguridad hace un excelente trabajo aquí. Teddy se acercó a Arizona, dándole una sonrisa de apoyo. -Te lo prometo."

-Por supuesto, murmuró Arizona. Antes del ataque, nunca pensó dos veces antes de caminar a través de los estacionamientos. Ahora no podía imaginar algo más siniestro. -Lo siento, es una tontería.

-No, no lo es. Teddy la miró a los ojos, luego lentamente se acercó a tomar la mano de Arizona. -Es perfectamente natural. Sin embargo, estás a salvo ahora, te lo prometo. Vamos a entrar.

Teddy la llevó a su apartamento tomándola de la mano. Ella podría haberse sentido avergonzada por el manejo delicado de Teddy de sus temores, pero no lo hizo. Estaba claro que Teddy comprendia realmente lo que ella sentía de una manera que nadie más hasta ahora sabía. Teddy le soltó la mano sólo para abrir la puerta, y luego invitó a Arizona para entrar.

Arizona, miró a su alrededor. Esta era sólo la segunda vez que había estado en el apartamento de Teddy. Por lo general, habían compartido en la casa de Callie o de Arizona, y con mayor frecuencia en el bar de Joe. Valorando el ambiente hogareño pero meticuloso del apartamento de Teddy, Arizona miró en circulo alrededor de la sala, viendo las fotos que recubrían la pared. Se detuvo en una de Owen y Teddy en uniforme militar con sus brazos alrededor de los hombros.

-Yo soy una glotona para el castigo, supongo. Teddy le dio una sonrisa tímida mientras entraba en la cocina. -Pero no importa cómo sean las cosas ahora, con Cristina, él siempre va a ser el mejor amigo que he tenido allí.

Caminando hacia el  sofá de Teddy, Arizona, se quitó los zapatos y se sentó en un extremo. –Siento que ustedes perdieran su oportunidad. Creo que habrían sido una hermosa pareja.

Teddy levantó una botella de vino. ¿Te gusta el Cabernet Sauvignon? Es genial con la pizza.

-Me parece maravilloso.

-En cuanto a Owen, nunca se sabe. Tal vez vamos a tener otra oportunidad.Teddy abrió la botella, y llenó dos copas. -Y si no, voy a tener una oportunidad con alguien más. Llevando una copa en cada mano, Teddy sonrió mientras se acercaba al sofá. -Quién sabe, tal vez incluso tendré la suerte de encontrar a mi Callie algún día.

Arizona, se sonrojó, agradeciendo con un gesto la copa de vino que le ofrecia Teddy. Recordó las palabras sinceras de Callie en el teléfono antes y tuvo que hacer un esfuerzo para no estremercerse. Si hay algo la había convencido que esa relación era el amor de su vida, era que todavía conservaba sus profundos sentimientos hacia Callie, incluso cuando todo lo demás en su vida era un torbellino. -Soy muy afortunada

-Salud, dijo Teddy, levantando la copa. Cuando Arizona brindó, Teddy tomó un sorbo, observando el rostro de Arizona. -¿Cómo están ustedes?

-Estamos bien. Arizona podía decir eso con confianza. Ella y Callie tenían la relación más estable de su vida ahora mismo. -Ella es maravillosa, paciente, solidaria, capaz de soportar todo lo que tire de ella. Sacudiendo la cabeza, Arizona probó vino. –Por suerte he llegado a comprender lo que soy, teniéndola en mi vida. Especialmente en estos momentos.

-Eso es impresionante, Arizona. Los ojos de Teddy brillaban. -Eso tiene que ayudar de verdad.

Sin estar segura de cuanto debía preguntar a Teddy acerca de su propia experiencia, Arizona sintió, sin embargo, una oportunidad para efectuar la transición acerca de lo que ella había venido a hablar. -¿Estabas saliendo con alguien ... ¿Cuándo sucedió?

Sintiéndose más tranquila de lo que Arizona podría imaginar pensando al mismo tiempo en su propio ataque, Teddy sacudió la cabeza. -No, yo sólo había tenido un novio antes de esa fecha, en la escuela secundaria. Sucedió durante la licenciatura, cuando yo estaba en la última fase

Arizona, parpadeó y miró hacia abajo a sus pies. –Tú sabes, yo no quiero hacerte hablar de cualquier cosa que no tengas ganas de volver a recordar.

-Oye, dijo Teddy, agachando la cabeza para llamar la atención de Arizona. -Realmente fue hace mucho tiempo. Puedo hablar de lo que sea que tú quieras hablar.

Arizona presionó los nudillos de sus dedos índices contra los ojos, armándose de valor para no llorar. Estaba tan cansada de llorar pero no podía evitarlo. -Siento que me estoy volviendo loca. Como si yo no tuviera el control de mi propio cuerpo nunca más. Mis reacciones. Exhalando con voz temblorosa, susurró, -Puedo curar a la gente. Eso es lo que hago. Pero yo no sé cómo curarme a mí misma, no sé cómo solucionarlo

-Tú no estás loca, dijo Teddy. -Y, por desgracia, no hay solución rápida. Llevará tiempo. Además necesitarás práctica. Tienes que trabajar en recuperar el control de las reacciones de tú cuerpo ante las cosas. Eso significa hacerte cargo de tus pensamientos. Concentrarse en la respiración.  Teddy asomó un poco su pie, y Arizona vio que estaba vestida con un calcetín de colores brillantes. -Te puedo dar algunos consejos muy buenos. Debido a que pasé por la misma cosa. Durante meses después de que ocurriera, cualquier cosa podía desencadenar un flashback: Ciertos olores, sabores, sonidos, ser tocada, la percepción de inseguridad, sentirse atrapada.

Arizona hizo un gesto de reconocimiento y dijo: -El olor de los cigarrillos. La sensación de que alguien está detrás de mí. Que me toquen o me tiren el cabello

-¡Activadores!

-Sí. Arizona había comenzando a hacer una lista mental, la cual compartió con Callie. Cosas que evitar, si era posible. O por lo menos, para tener en cuenta. -Hay probablemente más, pero eso es lo que he encontrado hasta ahora.

-Es importante saber lo que lo puso en marcha. De esa manera tú puedes empezar a centrarte en dónde te encuentras y lo que realmente está sucediendo en el instante en que comienzas a reaccionar. Así tú podrás recordar que estás a salvo.

Arizona exhaló con dureza. -Estoy tan cansada de sentirme así. ¿Cuándo se va?

-Es diferente para todos, estoy segura. Luché por mucho tiempo después de que ocurriera. Hay cosas que incluso se me hacen incómodas hoy en día, como estar borracha cuando estoy a solas con un hombre.

-¿Y la parte donde te sentías como loca. ¿Cuándo se fue?

Teddy le dirigió una triste mirada de comprensión. -Honestamente, me tomó un tiempo. Pero yo estaba en la escuela donde yo no tenía mucho sistema de apoyo. Por primera vez, Teddy bajó la mirada, casi avergonzada. -Fue un ambiente tóxico para mí, después de que ocurriera. Todo el mundo sabía. O creían saber algo, al menos. Lo que creían y lo que realmente ocurrió... bueno, ellos no sabían la verdad.

Arizona, se mordió el labio. -¿Puedo preguntar?

Teddy la miró a los ojos. A Arizona le pareció que ella estaba tomando valor antes de comenzar a hablar. -Eran dos chicos que vivían en mi dormitorio. En el mismo salón que yo. Jay y Steve. Jay estaba en una gran cantidad de las mismas clases de pre-medicina que yo, y su compañero Steve Nos pareció que era un buen tipo, por lo que todos asumimos que lo era. Me juntaba con ellos todo el tiempo. Estudiaba en su dormitorio, tomaba el almuerzo con uno o ambos de ellos entre las clases. Teddy le dio una sonrisa tímida. -Mis mejores amigos siempre han sido chicos. Hasta ahora, en realidad.

Ahora Arizona rozó a Teddy peluche con el pie. -Me alegro de que hayas decidido hacer una excepción.

-Yo también. Teddy sonrió cálidamente y rápidamente se puso serio. -Así que una noche estaba en el dormitorio de Jay y Steve. Jay y yo estábamos estudiando para un examen de biología, pero Steve regresó a la habitación con una botella de vodka. Me convenció de tomar unos tragos. Teddy negó con la cabeza, riendo sin humor. -Miro hacia atrás ahora, y es como... ¿qué diablos estaba pensando? Pero eran mis amigos, ¿sabes? Yo nunca habría esperado... Ella inspiró, mirando a otro lado. -De todos modos.

Arizona inspiró con un nudo en la garganta. Ella sabía a dónde se dirigía la historia y se sintió mal. -Creo que puedo adivinar.

Teddy se quedó tranquila y carente de emoción mientras ella continuaba. -En un momento nos reíamos después de una ronda de tragos, luego el siguiente, Steve me estaba besando. Y yo sólo había besado un chico antes, en la escuela secundaria, así que simplemente me tomó por sorpresa. Creo que hasta le devolví el beso de un momento, pero luego me di cuenta de que Jay estaba sentado allí viendo, y… Ella sacudió la cabeza. -Fue muy raro. Así que se apartó y le dijo a Steve que el también quería. Teddy se mordió el labio. -Todavía me molesta, la manera en que yo confiaba en ellos. La forma en que traicionaron esa confianza. Se suponía que eran mis amigos. Mis mejores amigos"

Arizona, asintió con la cabeza. Una cosa era haber sido herida por un desconocido. Ella podía odiar a un extraño, decirse a sí misma que aquel hombre estaba enfermo, porque claramente la veía como un objeto no como una persona. Pero ser violada de esa manera por alguien que uno pensaba que podía confiar... Arizona enjugó las lágrimas que surgieron. -Lo siento, Teddy. No puedo ni siquiera imaginar.

-Jay me mantenía abajo, mientras que Steve me violaba. Luego se cambiaron de lugar. Como si un interruptor se había movido de un tirón, la voz de Teddy se había ido completamente. No más tristeza, no más vergüenza. Sólo una recitación fría de los hechos. -Yo estaba demasiado borracha como para defenderme. Seguí pidiendo que se detuvieran, pero no lo hicieron. Al final de la semana, el dormitorio entero se había enterado que me habían hecho doble cobertura. Que yo era una puta que les había rogado por ello.

Las mejillas de Arizona se inundaron con el calor de las palabras de Teddy. Inmediatamente sintió la vergüenza de su propio atacante por los insultos. -El hombre que me violó .. me llamó una puta, entre otras cosas. Y dijo que yo quería, que me lo merecía de alguna manera.

-Pero tú sabes que no fue su culpa, ¿Verdad?

Parpadeando las lágrimas, Arizona, le susurró: -Sí. Pero me gustaría haber esperado a un guardia de seguridad, una vez que me di cuenta que la luz al lado de mi coche estaba apagada

-Me llevó mucho tiempo aceptar que lo que me pasó no fue culpa mía, dijo Teddy. -Después de todo, yo estaba en su habitación, sola, borracha. Probablemente incluso coqueteando. Estaba totalmente enamorada de Jay. Ella sacudió la cabeza. -No importa que le pedí que se detuvieran, no lo hicieron. Yo no merecía lo que pasó. Fue su culpa, no la mía.

Arizona, asintió con la cabeza. No había duda en su mente, donde la culpa había permanecido, tanto para ella como Teddy. -Cierto.

-Yo no quiero ni imaginar lo aterrador que debe haber sido para ti, dijo Teddy acercándose más, y tocando tentativamente el hombro de Arizona. -Lo que me pasó no fue tan brutal. No dejó una huella en mí.

-Fue aterrador. Arizona inspiró, luchando contra el impulso de cerrar los ojos. Si lo hacía, sabía lo que las imágenes de su mente saldrían a relucir. -Nunca he estado tan asustada en toda mi vida. Fue degradante y doloroso y simplemente... Arizona exhaló. -No sé cómo olvidarlo. Cómo seguir adelante.

-Bueno, nunca lo olvidarás. Es una parte de ti ahora.

Asintiendo con la cabeza en la derrota, Arizona, le susurró: -Eso es una mierda.

-Así es. El truco es aprender a vivir con esta parte nueva de ti misma, para que sea una pieza pequeña de lo que eres en lugar de que controle todos tus pensamientos y reacciones.

-¿Cómo puedo hacer eso?

-Aprende a permanecer en el presente. Mi terapeuta recomienda contar hasta cinco, y eso funcionó para mí. Reducir la velocidad y concentrarte en tú respiración. Mira a tu alrededor, conéctete a tierra en el hecho de que no estás en esa situación nunca más. Teddy le dio al hombro de Arizona un apretón con cuidado. -Al final no será tan fresco. No se disparará con la misma facilidad. Y mantener la calma y estar centrada comenzará a ser una segunda naturaleza para ti.

-Echo de menos ser feliz. Sintiéndose un poco ridícula, Arizona rompió el contacto visual. -Sé que suena tonto, pero yo…. echo de menos ser la persona alegre sobre ruedas que era yo, echo de menos sentirme bien.

-Va a volver. Tú eres una persona feliz, Arizona. Eso es lo que está en tú núcleo. Tú  nunca serás exactamente la misma mujer que eras antes de que esto sucediera, pero esas cosas fundamentales que te hacen ser la Dra. Arizona Robbins… tú no has perdido eso. No se ha ido para siempre, te lo prometo.

El labio inferior de Arizona temblaba. No habían ganas de llorar esta noche, pero no sabía cómo mantener la calma cuando la cálida tranquilidad de Teddy era todo lo que ella quería creer. -Espero que sí.

Teddy abrió los brazos. -Ven aquí.

Arizona cayó en el abrazo de Teddy, ávida de la conexión. Era su tierra, por lo que era más fácil  mantener sus emociones bajo control. -Te juro que no estoy por lo general como un accidente.

-Se acabaron las excusas necesarias, dijo Teddy, acariciando su espalda. -Además, yo necesitaba un abrazo también.

Sonriendo con gratitud, Arizona apretó a Teddy alrededor de su cintura. Se sentía tan diferente a Callie, más angular, menos curvas. -Eres una amiga increíble.

-Lo intento. Teddy se echó hacia atrás y sonrió tímidamente. Ella abrió la boca para hablar, pero un golpe en la puerta la interrumpió. -La pizza está aquí.

Arizona, esperó en el sofá, mientras que Teddy fue a la puerta para pagar al repartidor. Cuando Teddy regresó con una caja de cartón olorosa, el estómago de Arizona gruñó. Tal vez ella tenía hambre después de todo.

-¿Cuánto te debo?" Arizona le dijo Teddy, ella se sentó y abrió la tapa. Se inclinó hacia delante y aspiró profundamente. -No pensé que quería cenar, pero que huele muy bien.

-Tu compras la próxima, dijo Teddy. -¿Trato?

-Trato.

Comieron en silencio durante unos minutos. Arizona, se mostró sorprendida por lo delicioso sabor de la pizza, y no podía dejar de gemir en silencio mientras masticaba. La vida había sido muy deficiente en el placer últimamente, así que en Arizona se reunió con entusiasmo.

Teddy se echó a reír, levantando una ceja. -¿Ves? No toda tú felicidad se ha ido.

-Esto es excelente. La cara de Arizona entró en calor. -No he estado comiendo mucho. Lo estoy intentando, creo yo, pero la comida solo… no me sabe muy bien. Con la excepción de la pimienta roja con hummus que Calliope sigue trayéndome.

Teddy sonrió. -¿Te das cuenta de que tú rostro se ilumina cada vez que hablas de ella?

-Sí, bueno. Arizona se encogió de hombros y admitió: -Sí. Es repugnante, estoy segura.

-Es inspirador.

Arizona se tragó el último bocado de pizza y se echó hacia atrás, no estaba segura de querer otra rebanada. Tan bien como se sabía, probablemente debería tomárselo con calma. Después de apenas comer durante las últimas dos semanas, no sería difícil exagerar. -La extraño tanto.

-Lo siento que te llevé lejos de ella esta noche…

Arizona, negó con la cabeza. -No, quiero decir... físicamente, la extraño. Se encontró con la mirada de Teddy, aunque segura acerca de tratar este tema. –Sexualmente, quiero decir.

-Oh. Teddy asintió con la cabeza, puliendo su segunda rebanada. La mujer podría empacar alimentos como nadie. Y no es que su cuerpo se le notaba. -Yo lo entiendo. ¿Echas de menos esa conexión. Esa intimidad?

-Por no hablar de orgasmos. Sorprendida por la ola de vergüenza que sintió en la confesión, Arizona, lamentó la pérdida de su sexualidad fácil y abierta. -¿Cuándo vuelve? Querer sexo?

Teddy exhaló y se sentó en los cojines. -Honestamente no lo sé, Arizona. Cuando estés lista. Yo no tuve relaciones sexuales durante dos años después de mi violación. Pero yo no tenía novio, y yo no estuve interesada en encontrar uno por un largo tiempo. No después de lo que pasó. Yo estaba tan ocupada con la escuela. Yo me lancé a los cursos e ignoré mi vida social hasta que me encontré con un tipo que me hizo darme cuenta que quería probar una relación física de nuevo. Pero tú estás en una situación diferente con Callie.

-Estoy segura de que ella me echa de menos, también. Arizona consiguió esbozar una sonrisa tímida. -Siempre hemos tenido un montón de sexo.

Riendo, Teddy dijo: -Me di cuenta.

-¿En serio?

-¿Estás bromeando? Ustedes dos son eléctricas juntas. Mark Sloan apenas puede controlarse a sí mismo, a veces, viéndolas interactuar a las dos.

Con la cara caliente ahora, Arizona, dijo, -Siempre he sido una persona sexual. Especialmente con Calliope. Pero ahora... Ella se encogió de hombros ligeramente. -Yo no sé cómo vamos a hacer. Si ni siquiera puedo conseguir acostarme de espaldas a Callie, como me encantaba hacer mientras ella me abrazaba, sin parpadear de nuevo pensando que el hombre está detrás de mí. ¿Qué voy a ser cuando ella vaya dentro de mí...? Tapándose la cara con la mano, Arizona, negó con la cabeza. -Dios, yo nunca fui tímida para estas cosas antes".

-No hay necesidad de ser tímida. Teddy sacó la mano de Arizona de la cara, mirando a los ojos de Arizona con una sonrisa bonachona. -No empieces con las cosas grandes. Lo bonito de estar con una mujer, supongo, es que tienes un montón de opciones en cuanto a hacer el amor. Haz lo que te haga sentir cómoda y trabaja con el resto .

Tenía mucho sentido. Y estaba segura que Callie estaría dispuesta a seguir su ejemplo. Pero ella estaba loca para pensar en esto ya? -Apenas me he curado, tengo todo al revés que yo no sé si estoy yendo o viniendo, y ni siquiera voy a saber los resultados de la última prueba del VIH durante un mes, por lo que sé que probablemente estoy saltando los pasos, incluso por preocuparse por el sexo ahora mismo. Yo solo... No me gusta saber que el hombre fue la última persona dentro de mí. Quiero a Calliope para que me recuerde otra cosa.

-Simplemente no te exijas, ¿de acuerdo? Va a ser traumático para ambas si intentas hacer algo que no estás lista para hacer. Teddy era un soldado. Arizona siempre la había leído como un poco tímida cuando se habla de sexo, pero ella proyectaba una tranquila confianza que hizo las cosas más fáciles para Arizona. -El truco consiste en hablar mucho. Mantén tus ojos abiertos y centrarte con quién estás. Y si no te gusta algo, no tengas miedo de comunicarte.

Arizona, asintió con la cabeza. -Te escucho.

-Va a ser genial. Teddy movió las cejas, de una manera lúdica de Arizona nunca había visto antes. -Y seguro, y curativo

-De todos modos. Arizona, sonrió. -Probablemente es necesario trabajar en las cosas pequeñas primero. Por ejemplo, que me toque el cabello

Teddy juntó las manos. -Ese es un lugar perfecto para empezar. Considera la posibilidad de que esa es tú primera misión.

-¿Eres mi consejero ahora? Arizona, mantuvo su tono ligero, por lo que Teddy supo que no le desagradaba del todo ese pensamiento.

-Sólo soy alguien que ha invertido en su recuperación. Y quien sabe algo de lo que estás pasando. Facilitando una sonrisa autocrítica, Teddy dijo: -Si pude conseguirlo más allá de la devastación que sentí, después de que ocurriera, tú también puedes hacerlo. Confía en mí. Tú eres mucho más fuerte que yo. Teddy inclinó la cabeza, reunida en la mirada de Arizona con cariño. -Honestamente, Arizona, tú eres  probablemente la mujer más fuerte que he conocido. Mira lo que haces para ganarte la vida. Tú curas a los niños, pero nadie puede curarlos a todos ellos, y a veces los pierdes, pero tienes siempre esa forma de hacer frente al próximo que te necesita, manteniendo una sonrisa sincera en tú cara. Eres... increíble, de verdad.

Las mejillas de Arizona estaban en llamas. -Ahora sólo estás haciendo que me sonroje"

-Por favor, no. Teddy agitó una mano, en señal de disculpa. -Sólo quiero que sepas que sé que vas a salir de esto. Eres muy bad ass para no hacerlo.

-¿En serio?. Arizona, sonrió. Ella siempre había considerado a Callie a ser el bad ass en su relación, pero le hizo cosquillas la idea de que tal vez ella también lo podía ser. -Siempre quise ser bad ass.

-Siempre has sido mal-culo. Y todavía eres mal-culo. Utiliza eso para tú ventaja.

-Lo haré. Con su espíritu bien planteado, Arizona, suspiro con alivio. -Esto es bueno. Pasar el rato. Tenemos que hacerlo de nuevo, pronto.

El rostro de Teddy se iluminó de repente. -Oye, te gusta correr?

-Supongo, por ocio?. Arizona, hizo una mueca tonta, sabiendo que iba a hacer reír a Teddy, encantada cuando lo hizo. -O porque alguien me está persiguiendo?

-Para el ejercicio

-Yo... podría. ¿Puedo obtener una donut después?

-Si no te importa anular todo el esfuerzo

Arizona, inclinó la cabeza. -Eso es aceptable para mí.

-El ejercicio también ayuda a la recuperación, dijo Teddy. "Empecé a correr en la universidad, después. Y cuando yo estaba en el ejército, me encantaba ir de carreras. Aclara mi mente. Bombea mis endorfinas. Me  disminuye el stress cuando lo hago. Ella saltaba en el sofá un poco, expresando la alegría de una manera de Arizona comprendió de inmediato. –Tú debes venir a correr conmigo. Podemos ir por la mañana antes del trabajo. O en el almuerzo, si no te importa ducharte en el hospital. O después del trabajo. Siempre que quieras.

Viendo el entusiasmo en la expresión de de Teddy, Arizona, dijo: -¿Has estado buscando un nuevo compañero para correr, verdad?

-Owen y yo solíamos correr juntos. Pero no desde... bueno, ya sabes. Teddy se ruborizó. -No creo que a Cristina le guste. No es que le eche la culpa a lo más mínimo.

¿Así que estoy un reemplazo de Owen? Arizona, le guiñó un ojo, no quería que Teddy pensara que ella estaba molesta acerca de la idea. Esta noche Teddy le había dado un lugar donde se sentía segura, y más en  sí misma de que lo se había sentido en mucho tiempo. Lo menos que podía hacer era dar a Teddy algo de compañía a cambio. -No sé cómo será mí desempeño, pero lo intentaré. Especialmente si tú piensas que va a ayudar.

El entusiasmo de Teddy se desbordó en la sonrisa más descarada que Arizona había visto en su amiga. Por lo general, reservada, Teddy estaba absolutamente brillante. -Va a ayudar. Y me encantaría la misión.

Desde la deriva, aparte de Owen, Teddy había parecido desconectada de casi todo el mundo, lo cual fue una de las razones por las que Arizona había estado tan ansiosa de que entrara en su redil. Ahora más que nunca Arizona se dio cuenta de la apreciada amiga en  que se había convertido. ¿Tú te comprometes a reducir la velocidad si no puedo mantener el ritmo?

-Sí. Incluso te prometo comprar tu primera rosquilla

-Entonces, yo acepto. Sin dejar de sonreír, Arizona se dio cuenta de que estaba más relajada, como no lo había estado desde el ataque. -Gracias por esta noche, Teddy. Esto realmente me ayudó.

-Bien. Teddy le sostuvo la mirada. -En cualquier momento, ¿Ok?

-Voy a mantener eso.

#

Una hora más tarde, cerca de la medianoche, Arizona, dio las buenas noches a Teddy en su puerta y se deslizó dentro de su apartamento. Fiel a su palabra, Callie había dejado la luz de la cocina encendida, iluminando el camino hacia su dormitorio. Arizona abrió la puerta de su habitación lo más silenciosamente que pudo, no es que Callie estaba en algo parecido a un sueño ligero, pero ella no quería correr el riesgo de interrumpir su descanso sabiendo lo mucho que lo necesitaba.

Arizona, sonrió a la vista que la bienvenida de Callie extendía inconscientemente a través de la holgura del colchón, con su cara en el sueño. La lámpara de mesilla de noche en Arizona estaba encendida, arrojando en Callie un cálido resplandor que llenaba el corazón de Arizona con afecto.

Desabrochándose los pantalones mientras cruzaba la sala de estar junto a la cama, Arizona barrió la mirada sobre el cuerpo de Callie, admirando la piel bronceada en la pantalla. Sin duda, debido al típico lanzamiento de inflexión, la camisola de Callie se había montado de tal manera que la parte inferior de sus pechos desnudos y el suave oleaje de su estómago estaban expuestos. El edredón había sido pateado sin cuidado a los pies de la cama, mostrando el culo delicioso de Callie encerrado en un par de provocativos boyshorts de algodón que acentuaban su figura femenina.

Una aguda punzada de deseo sacudió duro a Arizona, obligándola a sentarse en el borde del colchón para recuperar el aliento. La intensidad de su deseo repentino la sacudió, pero casi de inmediato hizo la transición de la sorpresa al alivio. No estaba segura de si era porque estaba hablando sobre sexo o simplemente por sentirse tan a gusto durante toda la noche, o incluso si ella debía atribuírselo a los efectos persistentes de sus dos copas de vino, pero una cosa era cierta. Arizona estaba sin lugar a dudas, increíblemente excitada.

Esto era algo que definitivamente no había sentido, al menos no a este grado, desde el ataque. Físicamente, ella había comenzado a sanar, y ya no tenía necesidad de ocultar sus sentimientos y pensamientos a Callie. Pero emocionalmente, ella se sentía tan lejos de estar lista para la intimidad sexual que, que incluso sintió que se había alejado el deseo. Pero ahora , Arizona, estaba encantada de que ella ahora deseara tener sexo.

Arizona, estiró el cuello, admirando la silueta de la vagina de Callie, a través de sus bragas. No había nada sobre desear a Callie de esta manera que se sintiera amenazante, al menos no mientras Callie no pudiera tocar su espalda. Arrojando el sujetador y las medias, Arizona, se metió en la cama junto a Callie, ansiosa por sentir el calor del cuerpo de Callie contra el suyo.

Callie murmuró con satisfacción, cuando Arizona tomó el edredón para cubrir sus cuerpos. Aún dormida, ella cambió de puesto al revés, como si buscara de calor de Arizona, empujando su trasero contra el abdomen de Arizona, de una manera que hacía muy difícil hacer caso omiso de su deseo todavía latente. La necesidad de tocarla se intensificó más ahora que el olor de ella llenó su nariz. Envolviendo su brazo alrededor de la cintura de Callie, Arizona presionó la palma de la mano contra el estómago desnudo de Callie y cerró los ojos, exhalando con voz temblorosa.

-¿Tuviste un buen rato con Teddy? La voz de Callie luchaba contra el sueño.

Sonriendo, Arizona dio un beso en la nuca de Callie. -No quería despertarte

-No, me alegro. Yo quería decirte buenas noches.

Arizona remontó la punta de los dedos alrededor del ombligo de Callie. –Pasé un buen rato con Teddy. Hablamos. Fue... bueno.

-Bien. Callie dio media vuelta, dando a Arizona un suave beso en la mejilla. -Te extrañé.

-Yo también te extrañé, susurró Arizona, mientras le acariciaba con la mano el lado de Callie, admirando la curva completa de su cadera. Callie contuvo un suspiro audible, pero no exhaló. -Respira, Calíope.

Después de largos momentos Callie obedeció. -Creo que tuviste una buena noche, ¿eh?

-La tuve. Instalándose en la espalda de Callie, Arizona cerró los ojos. Por primera vez en dos semanas, la oscuridad no trajo el miedo o los destellos de la memoria violenta. En ese momento, ella estaba demasiado consumida por su gran amor por Callie como para reservar un pensamiento para el hombre que había tirado el resto de su vida en el caos.

Esto era lo que importaba. Dos de ellos. Con Callie, Arizona podría pasar a través de cualquier cosa. Callie lo creía y Teddy lo creía, y por primera vez, Arizona también se lo creyó.

Arizona, pensó en la asignación de Teddy. Comienza con algo pequeño. Los pasos de bebé. Si era capaz de sentirse cómoda con Callie tocándole el cabello, Arizona estaría mucho más cerca de volver a conectarse con Callie en una forma que ella sentía que podría proporcionarle la curación, más que cualquier otra cosa en el mundo: Conectarse con el inmenso poder curativo del amor de Callie.

-Buenas noches, Arizona. Dulces sueños, ¿de acuerdo?

-Te amo, murmuró Arizona contra el hombro de Callie.

-Te amo, también. Desde la pequeña dificultad en las  sentidas palabras de Callie, Arizona, sabía que estaba perdiendo a Callie, que se estaba hundiendo en el sueño otra vez.

Pero eso estaba bien. Mientras acunaba en sus brazos a Callie, Arizona, se centró en pensamientos positivos, decidida a mantener las pesadillas en la bahía. “Comienza con algo pequeño”.

Eso es exactamente lo que ella haría.

Esta historia continuará…



Capítulo publicado originalmente en: http://fictitiouschick.livejournal.com/2040.html