Tema musical de esta historia

miércoles, 10 de octubre de 2012

"Little Earthquakes" - Capítulo XXI


CAPÍTULO VEINTIUNO

Arizona, se sentó en su banca favorita en el parque, mirando a la ciudad, mientras que el almuerzo estaba sin comer a su lado. Era mediodía y las calles de Seattle bullían de actividad, pero no pudo superar la ansiedad que se retorcía dentro de su vientre, robándole su apetito. Un corredor ocasional o una joven madre con un cochecito pasaban por el camino detrás de ella, asegurándole que no estaba sola. Aún así, en los momentos cuando no había nadie a la vista, o cuando Arizona se percataba que un hombre solitario se acercaba, el pánico irracional se apoderaba de ella.

Ese pánico era exactamente por qué  había decidido a comer el almuerzo de hoy. Con Callie  en cirugía y el juicio que pesaba sobre su cabeza, tratar de socializar en la cafetería del hospital parecía aún menos atractivo que enfrentar su miedo de estar sola. En su último período de sesiones, Arizona, se había centrado en la mañana que no había sido capaz de salir de su coche en la oscuridad. Aunque la Dra. Watson le aseguró que era perfectamente normal tener miedo, ella también le había dado en Arizona una misión para hacer frente a sus miedos siempre que pudiera.

Así que aquí estaba sentada. En su banco favorito, en su sección favorita del parque. Ella no había venido aquí sola en meses, con mucho miedo de estar fuera vulnerable a la intemperie.

Ahora era el momento para recuperar este santuario.

Arizona se puso tensa instintivamente al oír el sonido sordo de pisadas que se acercaban, mirando sobre su hombro para ver a un hombre que caminaba hacia ella vestido con pantalones vaqueros y una camiseta de béisbol. Se encaminó por el sendero, escaneando sus alrededores con interés, entonces tropezó levemente cuando su mirada y se posó en Arizona. Él levantó una ceja, le dio una sonrisa de satisfacción. A medida que se acercaba, le notó la evaluación de su cuerpo con avidez. Era una mirada que había recibido de cientos de hombres en los tiempos antes de la violación y que nunca la habían asustado. Ahora se sentía como un conejo en la trayectoria de un lobo.

Arizona, dio media vuelta, pues no quería invitar a la conversación. De espaldas a él, ella contuvo el aliento y esperó a que pasara, cerrando los ojos un instante cuando se dio cuenta que estaba justo detrás de ella. Su mano se deslizó hacia su bolso, buscando inconscientemente su bote de spray de pimienta. Después de tomar un momento para poner sus nervios de acero, ella miró por encima del otro hombro. Él se alejó de ella sin decir nada, su atención se había fijado ahora en un iPod en la mano.

Hundiendo los hombros, Arizona, luchó por no reprenderse a sí misma cuando la amenaza de peligro inmediato se disipó. Esto no era ella. Nunca se había sentido así. Esto era algo que Colin Thomas le había hecho. Las lágrimas llenaron sus ojos sin piedad, pero Arizona las secó rápidamente. Llorar no traería de vuelta a la mujer que solía ser.

Arizona, se enderezó, volviéndose a centrar en la ciudad abajo. Tomó tiempo para volver a intentarlo.

Ella había encontrado este lugar menos de una semana después de comenzar el trabajo en el Seattle Grace. Le había tomado sólo un par de días de navegación por los pasillos del hospital para darse cuenta de que estaba trabajando en el caldo de cultivo del drama y del chisme, por lo que encontrar una salida adecuada había sido la prioridad número uno. Aquí siempre había encontrado paz. Había sido realmente su refugio, antes de esa noche. Hoy en día esa seguridad la necesitaba más que nunca, así que conseguir este refugio de nuevo era su nueva prioridad.

Fue agridulce pensar en la Arizona que utilizaba este mismo banco para comer su almuerzo, sonriendo feliz a todos y a todo. Ella había sido tan feliz, ignorante de todo. Nunca se le ocurrió realmente que alguien acabara con esa Arizona, que podría decidir hacerle daño, había entendido siempre la posibilidad del asalto de una manera abstracta, por supuesto, pero Arizona nunca se imaginó que le pasaría a ella.

A veces le molestaba aquella mujer ingenua, tanto como ansiaba volver a encontrarla. Después de haber robado su inocencia de una forma tan desagradable y brutal, pero el conocimiento de que ella nunca podría volver atrás siempre haría su dolor.

El tono alto de un niño le llamó la atención y dirigió su mirada por encima del hombro de nuevo. Detrás de ella, una joven madre que caminaba con su hijo a remolque, su parloteo de vuelta de ida dibujó en Arizona una sonrisa en la cara sin darse cuenta. La sonrisa se convirtió en una sonrisa real cuando vio a Teddy Altman que venía en dirección opuesta con una bolsa de papel marrón en la mano.

Teddy le dio una ola de cautela y una media sonrisa-. -Callie me dijo que te encontraría aquí. Espero no interrumpir.

-No, en absoluto. Arizona, se deslizó para hacer espacio en el banco, feliz por la visita. Ella había tenido suficiente de enfrentarse a sus temores por un día. -Estoy lista para un poco de compañía.

-Bueno. Callie dijo que querías un tiempo a solas, pero yo estaba esperando que me sintieras de esa manera. Excavando en la bolsa de papel, Teddy cuidadosamente extrajo de una pequeña tarta de fresa pequeña. "Yo vengo con un regalo."

Arizona, echó los brazos alrededor de Teddy y la apretó, y luego tomó la tarta y lo mordisqueó con reverencia en un borde. Probablemente fue patético lo rápido que una amiga y una pastelería francesa le levantó el espíritu, pero ella estaba feliz de tomar el sol en el cambio repentino del estado de ánimo. -Gracias.

-No hay de qué. Teddy le dio un mordisco limpio de su propia tarta, estudiando el rostro de Arizona mientras masticaba. "¿Cómo estás?

Mucho después de ocultar sus sentimientos de Teddy, Arizona no tuvo ningún problema en ser totalmente honesta. -Cansada de sentir miedo.

Teddy dejó de masticar por un momento, como sorprendida por la admisión fácil. -¿Miedo de qué?

-Los hombres en los parques. La noche. Estar sola. Mi  testimonio.  Arizona, hizo una pausa para controlar la emoción que por instinto se levantó cuando ella recitó los principales temas de una lista demasiado larga. -Todo, supongo.

Teddy miró fijando su atención a su alrededor antes de ver a Arizona con ojos compasivos. -¿Tienes miedo ahora?

-Ya no

-Da miedo, ver el mundo de una manera diferente, dijo Teddy en voz baja. -Al verlo como algo más salvaje. Y es normal, ya sabes, ser hiper-vigilante después de sobrevivir a un ataque violento. Así que no te rindas, ¿de acuerdo? Dale tiempo. Va a mejorar.

-Tiene que ser. Arizona, deslizó el resto de su tarta de vuelta en la bolsa de papel marrón, ya no le interesaba. Entonces, buscando la comodidad física, ella apoyó la cabeza sobre el hombro de Teddy. Satisfecha cuando Teddy le pasó un brazo por los hombros, Arizona se mantuvo cerca, enfocada en el afecto. -Esto es una mierda. Me siento tan patética.

-Tú no eres patética. Yo era de la misma manera. Y yo sabía quieres eran mis agresores: sus nombres, sus caras. No fue  un extraño que de repente saltó hacia mí. Sólo puedo imaginar lo inquietante que es incluso el salir al mundano exterior.

-Mucho, murmuró Arizona.

Teddy la apretó más de cerca. -Después de lo ocurrido, no podía soportar ir a los bares o a cualquier lugar-con la música y la bebida y los hombres. Aun cuando había una multitud de personas en todos, tanto hombres como mujeres, yo acababa  temblando como una hoja.  Ella miraba a lo lejos, mientras hablaba, sus ojos se enfocaban en algún punto muy lejano. -No era la misma situación, yo sabía que había muy pocas posibilidades de que nada malo me pasaría si me quedaba con la gente, pero mi cuerpo y mi cerebro reaccionaban, simplemente. No me sentía como si tuviera ningún control sobre él.

Era difícil imaginar a Teddy en algo por el estilo. Eso por sí solo le dio a Arizona la esperanza de que el tiempo ayudara a erosionar estos temores, y sus reacciones a ellos. -Ahora siento miedo cada vez que veo un hombre que camina hacia mí. Incluso a plena luz del día, en un parque público, en un lugar en el que me he sentado  decenas de veces sin que nada ocurriera alguna vez. Y eso me hace sentir tan rota, y tan ridícula.

-Tú no eres ridícula. Todo lo que pensabas que sabías es diferente ahora. La realidad es diferente. Está bien luchar con eso. La voz de Teddy se hizo más fuerte. -Tú eres muy valiente, Arizona, de verdad. No me cabe ninguna duda de eso.

Arizona giró la cabeza y se encontró con la mirada de Teddy. -No importa qué, nunca seré capaz de volver a la forma en que era antes. ¿Verdad?

-No. Teddy le dio una pequeña sonrisa. -Pero al menos ahora ya sabes lo fuerte que eres en realidad.

Exhalando, Arizona, miró a su alrededor al parque de nuevo. Un par de corredores se acercaban a unas mujeres trotando en su dirección, un corredor hombre estaba en otro sendero. No había nada amenazador en ese lugar. La sensación ominosa de peligro que se cernía sobre él provenía desde el interior de la mente de Arizona, en desacuerdo con su entorno aparentemente inocuo. En cierto modo, estaba empezando a acostumbrarse a esta inquietud siempre presente, el sentirse casi insegura en todas partes menos en casa, con Callie. -¿Cuando lo entiendes mejor?

-Me gustaría tener una respuesta para ti, dijo Teddy limpiando los restos de su tarta de los dedos, y luego se encontró con la mirada de Arizona con cautela. -Honestamente, estoy esperando que este juicio ayudará a darle un poco de paz a tú mente.

El estómago se le retorció a Arizona. Últimamente sólo era necesario escuchar la mención del juicio para que la inundara la ansiedad.

Cuando Arizona no respondió, Teddy dijo: -Ya viene pronto, ¿eh?

A pesar de que siempre había oído que estas cosas podrían prolongarse durante meses, el caso del estado contra Colin Thomas parecía que se disparaba a todo vapor. A menos que la fecha del juicio se aplazara, lo más posible en que se iniciara en ese mismo mes –Sí.

-Puedo decir por la mirada en tú cara que estás aterrorizada.

Tragando las ganas de vomitar, Arizona murmuró: -Yo realmente no quiero hablar de ello.

-No tenemos que hablar de ello, dijo Teddy, -pero yo quería preguntarle algo.

La duda de Teddy le llamó la atención. -¿Qué pasa?

Atrapada entre la incertidumbre y la vergüenza, Teddy dijo: -¿Puedo estar allí para ti? Cuando vayas a testificar

Arizona, trató de no dejar que su cuerpo reaccionara a la palabra testificar, enfocándose en cambio en cómo se sentiría si Teddy estuviera allí. Aunque probablemente agradecería otra cara amable, era difícil pensar en Teddy escuchar las respuestas a las preguntas de Kent Johnson. Eso significaría que le permitiría escuchar cada detalle atroz, cosas que sólo le había dicho a Callie, a la doctora Watson y al fiscal.

Teddy habló antes de que pudiera contestar. -Si no me quieres allí, lo entiendo.

-No es eso. Sintiendo vergüenza de sólo admitir  lo avergonzada que estaba, Arizona negó con la cabeza. -Yo sólo...

-Espero que no haberme excedido. Teddy se alejó un poco, dándole espacio para respirar. -Para decirte la verdad, tu ataque ha vuelto a despertar algunas cosas... para mí. Cosas en las que no había pensado o desde la universidad. Yo nunca fui a través de un juicio. Yo ni siquiera tenía la confianza para denunciar a esos tipos. Lo que estás haciendo es tan valiente, y estoy muy contenta de que tú tengas esta oportunidad, sin importar cuanto miedo de, te dará la oportunidad de hacer un cierre. Eso es algo que nunca tendré, tengo que imaginar que ayuda a...

-Lo siento. Arizona, puso una mano sobre la muñeca de Teddy y se la apretó. Se había acostumbrado tanto a la fuerza y a la capacidad de Teddy para la empatía, pero, nunca consideró las emociones que esos consejos informales podían agitar en su amiga. -Teddy...

Teddy negó con la cabeza, silenciando a Arizona. -Puedo vivir con no tener que cerrar, pero desesperadamente quisiera estar contigo durante este proceso. No sólo como tú amiga, sino también como una mujer que fue violada.

La súplica apasionada, rompió su indecisión. -Sí. Quiero que estés allí

-¿Estás segura?

-Tú has estado allí para mí desde el principio. Hablar contigo es lo que realmente me hizo empezar a sanar. Parece justo que estés allí en esta parte, también.

Teddy sonrió. -Gracias. Ella le dio unas palmaditas a Arizona en la rodilla. -Vas a ser grande.

Arizona, puso los ojos. -Vamos a ver. Sinceramente, va a ser bueno tenerte cerca. Tú y Callie pueden compartir la carga de lidiar con mi ansiedad y mis náuseas.

Teddy se echó a reír, chocando suavemente a Arizona con el hombro. -Bueno, me lo vendes a mí como que ... Ella se puso seria con rapidez. -Sin embargo, gracias. Sé que es egoísta, pedirte esto, pero…

-No, no lo es. Arizona consiguió esbozar una sonrisa genuina. -No hay nada más egoísta que todo lo que he pedido de ustedes. Así que... tema cerrado.

Teddy dejó escapar una exhalación ruidosa. -Bueno. He estado tan nerviosa de preguntar. Sacudiendo la cabeza, rodó hacia  Arizona con una sonrisa juguetona. -Bien, ahora que la parte más difícil ha terminado, vamos a hablar de algo feliz.

A pesar de todo, Arizona no tenía que esforzarse para encontrar adecuadamente un tema feliz. -Hice un montón de investigación en línea para nuestro viaje a España ayer por la noche. No puedo comprar los pasajes aún, en el caso de que la fecha del juicio se mueva, pero estoy haciendo un plan. Hasta ahora parece que voy a pasar la mitad de mi tiempo arrastrando a Callie a una creciente lista de lugares de interés histórico y cultural, y la otra mitad comiéndomela con los ojos en la playa.

-Bonito. Teddy le dio una sonrisa. –Sin embargo, estoy dispuesta a apostar que más de la mitad de tú tiempo se gastará comiéndote a Callie con los ojos

-Probablemente tengas razón. Sólo la idea de la exótica belleza de Callie, iluminó su estado de ánimo. -Tengo la intención de admirarla y apreciarla cada vez que pueda.

-Suena como que estás esperando pasar unas vacaciones de vapor.

-Espero que sí.  Arizona, percibió el calor que se levantó en sus mejillas al pensar en las fantasías que la habían entretenido acerca de su viaje al país del Mediterráneo con Callie. -Creo que voy a necesitar, después del juicio, perderme en ella.

-¿Así que todo eso ... va bien?. Encantadora, Teddy también se sonrojó. -¿Si no es demasiado extraño y personal preguntar?

-Creo que tú y yo estamos de alguna manera más allá de lo raro y lo personal en este momento. Arizona no pudo detener la mirada de satisfacción que podía sentir extenderse sobre su rostro. -Súper increíble, la verdad, mejor que nunca. Caliente.

Brillando más sonrojada, Teddy levantó una ceja. -¿Aliviada?

-Más bien como eufórica. Se permitió un momento para disfrutar del lujo en los recuerdos de su vida sexual reciente, sin duda, el mejor sexo que jamás había tenido. -De algún modo terrible, esto nos ha unido mucho más.

-Bueno, eso es algo., ¿Verdad?

-Absolutamente. Encogiéndose de hombros, Arizona, dijo: -No estoy segura si tuviera que hacerlo todo de nuevo de la misma manera, pero ha sido bastante impresionante ver lo mucho que Calliope me ama, y lo que nuestra relación en realidad puede soportar.

-Ser capaz de reconocer que algo bueno ha salido de todo este lío es enorme. Teddy ladeó la cabeza. -Así es como tú se sentirás mejor. Convertir el dolor en fuerza. Reconocer no solamente cómo te ha cambiado, para peor, sino también para mejor.

-Creo que será más fácil después del juicio…, dijo Arizona. …-Pero me han dicho lo que estás diciendo.

Teddy comenzó a responder, pero la melodía del teléfono celular de Arizona la cortó. Ella inclinó la cabeza. –Anda, responde

Arizona comprobó la pantalla. -Es Callie. Espera un minuto. Ella puso el dedo en la pantalla, respondiendo a la llamada. –Calliope, Yo estaba hablando de lo caliente que estás. ¿Se te quemaron los oídos?

Tan pronto como Callie sonrió a medias, Arizona, sabía que algo andaba mal. Su tono sobrio lo confirmó. -Sólo un buen momento de mi parte.

-¿Está todo bien?... Arizona, frunció el ceño. …-Pareces enfadada.

-Bueno... estoy molesta.

-Dime lo que pasó. Arizona, capturó la mirada interrogante de Teddy, encogiéndose de hombros mientras esperaba que Callie tirara de la alfombra debajo de sus pies. Parecía que últimamente cada vez que Callie se acercaba a ella sonando tan grave, es que estaba a punto de darle alguna noticia estremecedora. -¿Qué, lo van a dejar en libertad?

-¡No!..., se apresuró a decir  Callie, y Arizona, negó con la cabeza ante la mirada alarmada de Teddy …-Nada de eso.

-Entonces, ¿qué?

Callie titubeó, y Arizona, casi podía oírla tratando de decidir cómo decir lo que necesitaba decir. Finalmente, con voz tensa, Callie, dijo, -Kent Johnson, de la oficina del fiscal me llamó.

-¿Él te ha llamado?... Eso era extraño. Hasta ahora, Kent y Sand sólo se habían comunicado directamente con Arizona. Lo cual tenía sentido, ya que ella era su testimonio. …-¿Qué dijo?

-La defensa presentó su lista de testigos esta mañana…., Callie tragó audiblemente. …-Y, bueno, estoy en ella.

Al principio no estaba muy segura de lo que Callie estaba diciendo. No tenía ningún sentido. -¿Qué quieres decir?

-Quiero decir, que la defensa me va a llamar como testigo.  La ira agudizó las palabras de Callie. -No tengo ni idea por qué. Tal vez tenga algo que ver por haber realizado su cirugía, o lo que pasó en su habitación cuando me enfrenté a él. Kent quiere reunirse conmigo para hablar de esa noche para estar mejor preparados para lo que los abogados de Colin Thomas me podrían preguntar.

La mente de Arizona podría haber estado nadando si ella no se estuviera sintiendo tan extrañamente insensible. Era casi como si hubiera perdido la capacidad de sentir algo acerca de los nuevos acontecimientos. Todo era demasiado. -Oh.

-Lo siento mucho, Arizona…, Ahora Callie parecía a punto de llorar. …-No sé lo que me preguntarán o lo que voy a tener que decirles. Es posible que lo que hice con él esa noche pudiera poner en peligro la acusación. No me puedo imaginar cómo, y no puedo soportar la idea de que mis acciones pudieran disminuir nuestras posibilidades que él vaya a ser castigado, pero yo... lo siento.

-Nunca te arrepientas de eso…, dijo en voz baja Arizona, haciéndose eco de un sentimiento que había oído innumerables veces de Callie,  …-Él entró en la sala de emergencia y tú hiciste tú trabajo como cirujano, fijar sus piernas. Luego, cuando te enteraste de quien probablemente  era, reaccionaste como mi pareja. Yo no te culpo por eso. Yo habría hecho lo mismo…, Ella lo pensó por un momento. …-Tal vez aún peor.

Callie dejó escapar un suspiro. –Tú no tienes que ir conmigo cuando me encuentre con Kent Johnson. No, a menos que lo desees.

-Yo no te voy a dejar pasar por esto sola, dijo  Arizona, aunque sintió su intestino revuelto ante la idea de sentarse en otra discusión sobre el juicio. Pero, bueno, por lo menos era una oportunidad más para hacer frente a sus miedos. -Sólo dime cuándo.

#

Dos días más tarde, Arizona, se sentó junto a Callie en la sala de conferencias en la oficina del fiscal con los brazos cruzados sobre el pecho. Su rodilla moviéndose debajo de la mesa, era la evidencia de la ansiedad que sólo Callie podía ver en ella. Kent Johnson se sentó frente a ellas, mirando con seriedad. La culpa se atravesaba a través del intestino de Callie sintiendo la tensión en el aire, Arizona no necesitaba estar en la cima de todo lo demás, era el comportamiento impulsivo de Callie lo que las había traído hoy hasta aquí.

Arizona fue la primera en romper el hielo. -Yo no entiendo por qué la defensa llama a Callie como testigo. Ellos deben saber que no va a decir nada para ayudar a ese hombre.

Kent Johnson entrelazó los dedos sobre la mesa. A pesar de que había proyectado una confianza inquebrantable en su reunión anterior, ahora Callie vio tirantez en sus hombros indicativos de estrés. -Deben pensar que Callie les puede decir algo que será valioso para su caso.

-Sin embargo, Callie…, La rodilla de Arizona se calmó. …-Ella es mi pareja. Me parece un movimiento arriesgado, llamar a alguien con un interés personal en que su cliente sea condenado.

-Tenemos pruebas de ADN, un testigo presencial, un salto desde una ventana alta que se puede leer como una admisión de culpabilidad..., Ken se calmó. …-Confía en mí, que vamos a hacer todo lo posible para aumentar las probabilidades de éxito mientras la defensa defiende lo indefendible. Lo que probablemente sucederá es que la defensa va a pedir al juez que declare a Callie un testigo hostil. Eso les da la libertad de preguntas más importantes, que normalmente sólo se realizan durante el interrogatorio. Nuestra estrategia será la de ir más a lo que sucedió esa noche, Colin Thomas fue llevado al hospital, con suerte vamos a ser capaces de anticipar lo que han decidido aprovechar en su caso.

Callie mantuvo la cabeza gacha y su mirada clavada en la mesa, incapaz de hacer contacto visual con Arizona. Desde la llamada de Kent, ella había estado temiendo este encuentro, y la conversación que se necesitaría. Ya era bastante malo que la defensa pensara que podría ayudar a su caso. Aún peor era saber que esto significaba que se le pediría que hablara acerca de lo que había sucedido durante su enfrentamiento con Colin Thomas. Ella había guardado los detalles a Arizona a propósito, consciente de que sus palabras crueles sólo le harían daño.

-¿Calliope?

La dulce voz de Arizona la sorprendió volviéndola a la realidad. Avergonzada por la constatación de que ambos estaban esperando a que ella hablara, Callie se aclaró la garganta. -¿Sí?

-¿Puede decirnos lo que sucedió cuando Colin Thomas llegó a la sala de emergencia? La profunda voz de barítono de Kent llamó la atención sobre la mesa. Él le dirigió una sonrisa amable. …-Por favor.

Inspirando y exhalando aire, Callie dijo: -Mi colega, el Dr. Owen Hunt entró en el hoyo con un hombre en una camilla. Él me llamó para que lo ayudara, soy cirujano ortopédico y las dos piernas del hombre estaban vueltas añicos. El hombre gritaba, había sangre por todas partes, me di cuenta que llevaba pantalones de mezclilla, pero sin camisa. Cuando comencé a evaluar su condición, me di cuenta de que la policía lo había acompañado, así que le pregunté a uno de los oficiales que le había sucedido

-¿Y qué te dijo?

-“El nombre del hombre es Colin Thomas, que parece que había  en el apartamento de una niña y la había violado. Luego saltó de la ventana del dormitorio del cuarto piso cuando su hermano llegó a casa temprano y lo atrapó en el acto.

-Después de lo ocurrido con la Dra. Robbins, su pareja, ¿debe haber sido difícil para usted?..., Kent buscaba su rostro mientras esperaba una respuesta. …-El tratamiento de él, quiero decir, a sabiendas de lo que había hecho.

Consciente de que estaba interpretando un papel, la prueba de ella, Callie respondió: -Es difícil saber que había herido a una mujer como alguien que había hecho daño en Arizona, pero no fue difícil hacer mi trabajo. Soy un cirujano y puedo curar a la gente, alguien que necesite ser curado, sin importar quiénes son o lo que han hecho.

Kent asintió con la cabeza. -Bueno. ¿Y qué pasó después de la cirugía?

-Después de que haber reparado y establecido las piernas correctamente, decidí a ir a la cafetería. Yo estaba emocionalmente agotada...  necesitaba un descanso. Pero luego vi a la Detective Mendoza hablando con uno de los oficiales que habían venido con Colin Thomas

-La Detective Mendoza, fue quien tomó la declaración de la Dra. Robbins después de su ataque. Kent escribió una nota en su bloc de notas. -¿Hablaste con ella?

-Sí. Tragando saliva, Callie miró de soslayo la cara de Arizona. -Ella pareció un poco nerviosa cuando me miró, así que decidí acercarme a ella. Le pregunté si ella estaba allí por el hombre de las piernas rotas…

-Colin Thomas, corrigió Kent.

Siempre ser preciso, él había entrenado en Arizona durante su primera reunión. En ese momento, Callie no había pensado que tendría que declarar. Si ella lo hubiera sabido, hubiera prestado más atención a todas esas reglas. -Bien, Colin Thomas. Mendoza dijo que ella había oído que yo había hecho la cirugía, y la versión actualizada de que su estado era bueno, que se recuperaría.

-Entonces, ¿qué?

-Como he dicho, me había dado cuenta de que algo la incomodó al verme, así que cuando ella me informó que alguien más debería manejar la atención de Colin Thomas para el resto de su estancia en el hospital, yo sospeché quién era él..., Callie vio a Kent hacer garabatos otra nota. …-Cuando yo le pregunté por qué, dijo que aunque no podían saber a ciencia cierta hasta verificar la muestra de ADN,  tenían razones para pensar que él era el atacante de Arizona.

-¿Te dijo por qué creía eso?..., Kent no apartó los ojos del bloc de notas mientras anotaba lo que parecía ser una lista de preguntas. -Sabemos que las circunstancias de las dos violaciones fueron completamente diferentes. ¿Qué le hizo pensar, en ese momento, que era el mismo hombre que atacó a la Dra. Robbins?

-No lo puedo decir con certeza…, Callie se esforzaba por recordar exactamente lo que Mendoza había dicho. …-Ella me dijo que no podía revelar detalles en ese momento en la investigación, pero que había similitudes entre lo que él dijo a la muchacha esa noche y lo que Arizona informó que él le dijo. Y también que se ajustaba en general la descripción física de Arizona de su atacante.

Pausando su escrito, Kent hizo contacto visual con Arizona. -Para que sepan, les dijo a ustedes tres que esperaba dejarlas embarazadas. A pesar de los diferentes Modus Operandi entre las violaciones, ese el único hilo común. Sólo puedo asumir que es lo que la detective Mendoza reunió esa noche.

-Posiblemente. Ya en el borde, Callie se sacudió cuando la mano de Arizona cayó sobre ella. La emoción turbulenta estaba haciendo estragos en el rostro de Arizona, pero no dijo nada. Callie le dio la mano sobre la mano de Arizona, maldiciendo sus palmas sudorosas. Ella ni siquiera había llegado a la parte mala todavía. -En cualquier caso, tuve que excusarme de la conversación después de eso. Yo... no me sentía bien.

-¿La Detective Mendoza le dijo algo más?

Tratando de no pensar en su conmoción y el horror al descubrir que sin saberlo, había atendido a violador de Arizona, Callie murmuró: -Sólo que debía mantener mi distancia de él.

-¿Y lo hiciste?..., Kent dio a Callie una mirada puntiaguda. -¿Mantuviste la distancia?
Apretándo la mandíbula, Callie apretó la mano de Arizona cuando una ola de vergüenza rodó sobre ella. -No.

-Continúa

-Esperé a que Arizona saliera de la cirugía para yo poder decirle lo que había sucedido. Yo no quería tener ningún secreto con ella, y yo no quería que ella lo supiera de alguien más.

-¿Cuál fue su reacción?

-Ella estaba molesta, por supuesto..., Callie miró a Arizona, no del todo cómoda hablando de ella como si ella no estuviera allí. Arizona le dio una breve inclinación de cabeza, animándola a seguir hablando. …-Yo la consolé durante unos minutos, luego me ofrecí a llevarla a su casa. Ella se negó, no quería dejar a sus pacientes, y luego ella fue llamada por el buscapersonas para atender otra emergencia, así que nos quedamos en el hospital.

-¿Usted estaba muy molesta, también, en este momento?

-Por supuesto que lo estaba. La voz de Callie aumentó ligeramente en el juicio que percibió en el tono de Kent, la rabia había sido una reacción razonable, había pensado en ese momento, aunque ahora se lamentaba de haber permitido que sus emociones dictaran sus acciones esa noche. Si ella simplemente hubiera obedecido la solicitud de Mendoza que se mantuviera alejada de Colin Thomas, no estaría aquí ahora, y ella no estaría a punto de destruir a Arizona con el resto de esta historia. Enojada con ella misma, Callie espetó: -¿Cómo no iba a estar molesta? Estuve dos horas haciendo la cirugía al hombre que violó a la persona que más amo en el mundo. Luego tuve que decirle que el monstruo que todavía ve en la oscuridad todas las noches estaba allí en el edificio con nosotras, y que había herido a otra mujer, que tenía que ver con otro evento traumático, y justo cuando las cosas estaban empezando a mejorar. Sí, yo estaba molesta. Quería matarlo.

-Calliope… Arizona con voz áspera, agarró su mano con fuerza. …-No lo hagas.

Kent levantó la ceja. -Ella tiene razón, Callie. Es necesario mantener la calma. No puedes dejar que el abogado defensor vea eso

Sintiéndose muy pequeña, Callie se mordió el labio lo suficientemente fuerte como para acabar con su ira y traer lágrimas a sus ojos. Ella no estaba exactamente siendo fuerte para Arizona en estos momentos, lo que sólo agudizó su auto-recriminación. -Lo siento.

Arizona, le acarició el pulgar por encima del de Callie. -¿Es necesario tomar un descanso?, preguntó ella en voz baja, como si fueran las únicas dos personas en la habitación.

Callie sacudió la cabeza. Ella sólo quería terminar con esto.

-Está bien..., Kent se aclaró la garganta. …-Así que no mantuvo su distancia de Thomas. Háblame de eso.

Cerrando los ojos, Callie clavó las uñas de su mano libre en su muslo. Ella sabía que escuchar los detalles de su encuentro con Colin Thomas haría daño a Arizona, y que le hizo desear un poco de dolor en sí misma. Era lo único que le conseguiría a través de la siguiente parte. -Fui a su habitación. Yo no sabía lo que iba a hacer cuando llegué allí, pero yo estaba solo... lívido. Había un oficial que custodiaba la puerta, el me vio entrar a la habitación.

-¿En este momento todavía eras técnicamente su médico?

-Probablemente. No sé si la detective Mendoza había hablado con Derek Shepherd todavía…, Nadie me impidió entrar en su habitación, mi nombre estaba todavía en su carta. Callie abrió los ojos, estudiando un grano en la mesa de conferencias de madera. …-De inmediato me preguntó por los analgésicos, y yo se los negué

La punta de la pluma sobre el papel se detuvo, y aunque ella mantuvo la mirada baja, Callie sintió que Kent la estaba mirando -¿Alguien fue testigo de su interacción con el acusado?

-Nadie escuchó nuestra conversación. Estábamos solos en la habitación con la puerta cerrada hasta que Derek Shepherd y el oficial vinieron a sacarme un par de minutos más tarde…, Lanzando una mirada de soslayo a Arizona, luego a regañadientes dio Kent toda su atención. …,¿Realmente tenemos que ir más allá de lo que se dijo en esa habitación? Nadie puede corroborar mi historia, de todos modos. Tanto Derek Shepherd como el policía se aseguraron en dejar claro que no se habían dado cuenta de las cosas habían pasado a lo físico. Colin Thomas nunca presentó cargos contra mí.

-Callie, no puedo ser sorprendido en la sala. No sabemos lo que la defensa va a pedirle a usted o qué pruebas podría tener. Lo que necesito saber es lo que sucedió, exactamente como ocurrió. ¿Sería más fácil si Arizona, saliera de la habitación?

Consciente de que no podía pedirle algo así a Arizona, Callie sacudió la cabeza. -No.

-Está bien…, Kent esperó un momento y luego dijo: …-Tómate tu tiempo.

Forzando el entumecimiento en la parte delantera, Callie se rindió a lo inevitable. No había manera de evitarlo. Lo mejor que podía hacer era que esto fuera rápido. -Yo le negué los analgésicos, por lo que me llamó puta de mierda. Me fui con él. Le pregunté si  así era como él veía a las mujeres, como putas de mierda, y si que le hacia más fácil para él violarlas. Hemos intercambiado duras palabras hasta que finalmente me dijo que le diera las drogas o que saliera de la habitación. Yo estaba furiosa. Le dije... que alguien importante para mí había sido violada en el hospital un par de meses antes. Le pregunté si sabía algo al respecto.

-¿Qué dijo? Kent no estaba tomando notas ahora. Él simplemente observaba con ojos compasivos a Callie.

-Dio a entender que debido a que la policía me había dicho que él fue acusado de violación, yo estaba dispuesta a echarle la culpa de todas las mujeres de la ciudad que habían conseguido un “amante rudo”…, La parte más fea de la historia se acercaba rápido, Callie comprobó la reacción de Arizona. Su boca se dibujaba en una línea apretada, la frente arrugada, por lo que parecía disgustado. Ella asintió con la cabeza a Callie para continuar. …-Le dije que lo que había sucedido a mi amiga era más que un poco “amor rudo", y que él lo sabía. A continuación,  lo espeté. Él estaba en el dolor, él estaba enojado. Sin atreverse a ver hacia Arizona, Callie apretó sus uñas en la ropa de sus pantalones. Le habría gustado que le doliera aún más. -Colin Thomas me miró a los ojos y me dijo que si yo estaba hablando de “ese cirujano coño con el apretado coño", para darle un descanso, que ella se lo buscó.

Arizona, apretó su mano en la suya de manera casi imperceptible, pero aparte de eso, no hubo reacción. Ni siquiera el más mínima movimiento.

Kent tosió. -¿Es seguro asumir que fue a raíz de esto cuando las cosas se volvieron físicas?"

Callie se estremeció cuando finalmente aflojó su apretón en el muslo. –Sí,  agarré una de sus piernas y le clavé las uñas en el músculo hasta que Derek Shepherd y el agente de la policía entraron en la habitación y me apartaron. Thomas afirmó que él me dijo que no había hecho daño a “mi amiga”, pero que yo  lo había atacado de todos modos. Me amenazó con demandar, pero Derek Shepherd y el policía negaron haber visto algún asalto.

-Está bien…, Kent tocó la pluma en el bloc de notas. …-Así que admitió haber violado a Arizona, pero lamentablemente nadie lo escuchó. Si la defensa decide plantear la cuestión del asalto, durante el interrogatorio le preguntaré qué es exactamente lo que te dijo. Van a presentar casi con toda seguridad una objeción, pero vale la pena intentarlo.

-No sé si importa, pero ambos Shepherd y el policía le oyeron decirme que no fuera celosa, que le gustaban las chicas grandes, también. Pero eso no es una confesión..., Incapaz de resistirse, Callie robó otro vistazo a Arizona. Sus ojos estaban cerrados, su expresión cerrada. No había forma de leer su estado de ánimo. …-Lo siento", dijo Callie vez más, tanto a Arizona como a Kent. -Fue tonto de mi parte, enfrentarse a él. No logré nada, y si hay alguna posibilidad de que vaya a arruinar su caso…

Kent le retiró la palabra. -Tenemos un caso fuerte en contra de Colin Thomas, así que no logre esto asustarla. Que te llaman como testigo. Su trabajo consiste en decir la verdad, mantener sus respuestas simples, y mantener la calma. Sinceramente, no anticipo que esto pueda descarrilar nuestra estrategia de ninguna manera.

Las ventanas de la nariz de Callie se encendieron mientras luchaba contra una ola de ansiedad y desesperación. Ella soltó la mano de Arizona, aún a sabiendas que ella se merecía la comodidad de su presencia siempre. Sus errores la obligaron a vivir una experiencia estresante una vez más y  lo que es peor, a pesar de la calma de Arizona aún no había vacilado, Callie contuvo el aliento mientras esperaba las consecuencias inevitables.

Pero Arizona no se derrumbó. En cambio, ella puso sus brazos sobre los hombros de Callie y le dijo: -Kent, ¿podemos tener unos minutos?

-Claro..., Kent echó hacia atrás su silla. -¿Por qué no simplemente la llamo un día? Podemos reunirnos una semana antes de testificar, Arizona, para no dejar ningún cabo suelto.

-Gracias, dijo Arizona. Se puso de pie con Kent, estrechando su mano sobre la mesa. Callie se quedó sentada, ella no confiaba en sus piernas para apoyarse en ellas, ni en su estómago para tolerar el movimiento. Revivir su encuentro con ese imbécil la puso furiosa y no sólo eso, también sintió náuseas y pesar. Vio a Kent salir de la habitación, y luego se sorprendió cuando Arizona puso una mano sobre su hombro. -Ponte de pie, Calliope.

Callie arrastró su mirada a la cara de Arizona, asustada por lo que vería, sorprendida de encontrar la ira. Se preguntó cuánto de ella, en su caso, era para ella. -No creo que pueda, susurró Callie.

La expresión de Arizona se suavizó. –Entonces me vuelvo a sentar, murmuró ella, animando a Callie a rodar su silla de la mesa. Para sorpresa de Callie, Arizona, se arrastró en su regazo, envolviendo los brazos alrededor de sus hombros y sosteniendo con fuerza. -¿Por qué te ves como si esperas que te pateen?

Callie se sorprendió al sentirse relajada por el abrazo. Se acercó a Arizona, feliz de que este giro de los acontecimientos no parecían haber abierto una brecha entre ellas. -Yo nunca debería haber ido a su habitación…, Entonces, más suave, agregó: …-Nunca quise que tu supieras lo que él me dijo.

-No, no es bueno. Arizona rozó los labios sobre la mejilla de Callie, provocando un escalofrío que la distrajo brevemente Callie de su propio sentimiento de  culpa. -Esto fue bueno.

-¿Bueno?..., Callie se apartó, escéptica de que Arizona no acababa de poner una cara valiente. …-¿Cómo puedes enterarte de la basura que dijo y que eso sea bueno de alguna manera?

-Porque ahora estoy enojada otra vez..., Con los ojos brillantes, Arizona pasó los dedos por el pelo oscuro de Callie, raspando las uñas suaves contra su cuero cabelludo, …-Y estar enojada realmente, realmente ayuda.

Inclinándose en la caricia, Callie dijo: -¿Así que... eres bienvenida?, ¿supongo?

Arizona, soltó un bufido. Luego dijo, con fiereza: -Es un idiota.

-No tienes ni idea. Callie había pasado por alto algunos de los detalles menos relevantes, incluyendo su casi constante corriente de abusos verbales y los insultos. Tan sólo con recordar la forma en que había hablado con ella, y sobre Arizona, Callie se estremeció.

-En realidad, tengo una muy buena idea. Las características hermosas de Arizona por un momento se nublaron con el dolor, por lo que Callie lamento sus palabras descuidadas. –Pasé los diez minutos más largos de mi vida con él, después de todo.

-Por supuesto. Tomando la cara de Arizona entre sus manos, Callie tiró de ella para un beso suave. -Lo siento. Una vez más.

Arizona, negó con la cabeza. Después de un momento de silencio, dijo: -¿sabes?, incluso si no se tiene en cuenta en la corte, significa algo que él haya admitido lo que él me hizo. Así que me alegro que fueras a su habitación, por esa sola razón.

-Aún así fue una jugada tonta. Tengo suerte de no haberle hecho daño en serio, después de lo que dijo acerca de ti…, Permitiendo que sus brazos cayeran alrededor de la cintura de Arizona, Callie tragó dolorosamente. …Él tiene una boca muy sucia. Espero por tu bien que la mantenga cerrada durante el juicio.

-Yo también. Arizona retomó su asiento. Luego se estrechó las manos de Callie entre las suyas, dándole un suave apretón. -Lo digo en serio, Callie. Estoy enojada en este momento, y es una cosa muy buena. Desde que fue arrestado todo lo que he sentido es miedo y ansiedad. Ahora siento algo más, y estoy agradecida por que la ira me hace más fuerte. Me motiva.

-Estoy enfadada, también. Callie relajó los hombros, aliviada de poder admitirlo en voz alta. Por lo general, ella trató de proteger a Arizona de su ira, decidida a ofrecerle nada más que cosas positivas. Sin embargo, la admisión de Arizona la hizo sentirse lo suficientemente segura para decir la verdad sobre sus propias emociones. -Pero no creo que mi enojo esté ayudando a nadie en este momento.

Arizona, le apretó las manos de nuevo. -Sé que estás enojada, Calliope, por supuesto que lo estás. Tú me amas.

-Sí, lo sé.

-Te amo, también. No era la primera vez, que Arizona la  miraba como ninguna otra persona la había mirado. -Ninguno de nosotros es perfecto, las dos hemos cometido errores, pero yo no estoy molesta contigo acerca de lo que pasó en la habitación de Colin Thomas, ¿de acuerdo?

Callie contuvo el sollozo que amenazaba con escaparse en las palabras sinceras de Arizona. -Está bien.

-Hey, todo va a estar bien. Arizona, metió un mechón de cabello de Callie detrás de la oreja, un gesto afectuoso que atrajo una sonrisa instintiva a la cara de Callie. -Estoy tan, tan triste que él te haya arrastrado a esto, pero sé que vas a ser grande, y todo estará bien.

Callie reconoció que una vez más su papel se había movido de un tirón, con Arizona como protector y ella como la protegida. La última vez que esto había sucedido, Arizona floreció cuando se le dio la oportunidad de ser la más fuerte. Callie estaba más que feliz de dejar que lo hiciera nuevamente. -Lo sé. Tienes razón.

Arizona, la golpeó con una sonrisa soleada que hizo que el pecho de Callie se apretara con el placer. -Me encanta cuando dices eso.

Callie se echó a reír. -Sé que lo haces.

-Te diré que, ¿por qué no me dices una vez más acerca de lo acertada que soy mientras vamos camino a casa?

-¡Nah!. Tomando la pista, Callie respiró hondo y se levantó. Sus piernas eran constantes ahora -No quiero que te metas la cabeza grande. Más grande que lo que ya es, quiero decir.

-Bonito. Arizona, se puso de pie, y le dio un manotazo ligero a la parte inferior de Callie. -¿Entonces, qué, nos vamos a casa, cerramos las puertas detrás de nosotras, y pasamos la noche acurrucadas en el sofá?

-Si hay algo que va a hacer el día de hoy mejor, eso lo será, sin duda. Callie tomó la mano de Arizona, pero Arizona la sorprendió tirando de ella en un abrazo feroz.

-No importa lo que sucede con este juicio, te tengo a ti. Esa es la parte importante. Y tú y yo, vamos a estar bien…, Arizona, hundió la cara en el cuello de Callie, respirando con dificultad, …-Eso es algo que sé con certeza.

El pecho de Callie se hinchó de placer doloroso, sintiendo una ola de intensa emoción que casi la hizo llorar de nuevo. El amor de Arizona era su certeza de lo brillante y lo resplandeciente, incluso en tiempos como estos, cuando todo lo demás se sentía jodido y malo. Trayendo a Arizona más cerca, volvió a centrarse en lo único que realmente importaba.

Todo estaría bien. Tenía a Arizona.

Callie besó el cabello sedoso y rubio que le hizo cosquillas en la cara, inhalando profundamente. Y su mundo se enderezó de nuevo. -Yo también.

Esta historia continuará…

Capítulo publicado originalmente en: http://fictitiouschick.livejournal.com/6645.html