Tema musical de esta historia

martes, 16 de octubre de 2012

"Little Earthquakes" - Capítulo XXII


CAPÍTULO VEINTIDOS


La terapia ayudó.

Por mucho que odiara admitirlo, Arizona, había llegado a depender del santuario de la oficina de la Dra. Watson. Era un lugar seguro donde podía hablar de sus sentimientos sin filtrar, y tener una confidente imparcial para ofrecerle su sabiduría y su perspectiva. Sólo faltaban veinticuatro horas para que Arizona tuviera que testificar en la corte, la presencia constante y la calidez de la Dra. Watson estaba ayudando a controlar el borde de sus nervios en aumento. En el último par de semanas, Arizona había estado haciendo un buen trabajo de reorientar su angustia para ser fuerte para Callie, pero ahora que estaba justo en la cúspide de lo que había estado temiendo desde hace meses, el miedo se estaba apoderando de ella. Y la terapia ayudó.

La Dra. Watson le dio una sonrisa simpática. -¿Cómo lo llevas?

-De hecho, he estado bien, al menos hasta esta mañana. Mantener en calma a Callie me ha ayudado a mantener la calma a mí también. Arizona, cogió una almohada detrás de la espalda, necesitaba algo en qué apoyarse. -Pero mi estómago me está matando hoy. En este momento no puedo ni siquiera imaginar cómo levantarme para ir a la corte mañana. Yo haría cualquier cosa para salir de eso.

-Céntrate en el hecho de que es casi ha terminado. La anticipación es la peor parte, al menos después de testificar, no tendrás que preocuparte por eso.

-Lo sé. Arizona giró la esquina de la almohada entre sus dedos, y luego se encogió de hombros. -Estoy tratando de mantener una actitud positiva, realmente lo hago. Simplemente han sido un par de semanas difíciles.

-¿Quieres hablar de ello?

Ella le dio a la doctora Watson una sonrisa tímida. -Sí.

-Adelante. Doblando las piernas debajo de ella, la Dra. Watson se estableció con atención. -¿Cómo están las cosas con Callie?

-Han sido buenas, cuando hemos estado juntas. El trabajo ha sido una locura desde hace un par de semanas. Parece que últimamente, o es ella la que ha estado atada a una cirugía o soy yo. A veces se siente como si fuéramos dos barcos que se cruzan en la noche. En los últimos catorce días, hemos pasado toda la noche en la misma cama sólo dos veces.

Extrañando a Callie con fiereza, Arizona había robado valiosos minutos de tiempo de calidad en la cafetería del hospital con ella entre las cirugías, y una vez, en una sala de guardia durante una pausa en sus turnos.

-Puedo ver que ella está luchando en este momento, pero hemos estado demasiado ocupadas para hablar realmente de ella. Bueno, eso no es exactamente así… corrigió Arizona: …-Ella no quiere hablar de eso. Una vez, cuando lo intenté, me dijo que sólo quería disfrutar de los veinte minutos que pasamos juntas, y no pensar en el juicio. Eso me pareció justo.

-¿Qué te hace pensar que está luchando?

-Ella se ve agotada. Parte de ello es el trabajo, por supuesto, pero Callie es un bad-ass. Ella puede empujar a través de una cirugía después de otra cirugía y todavía pide más. Sin embargo, desde que se enteró que tendrá que testificar, ella sólo...  Arizona hizo una pausa, buscando la palabra correcta, y cuando ella no pudo encontrarla, se encogió de hombros. …-Yo sé que ella se siente culpable. Ser llamada por la defensa,... ella está preocupada que de alguna manera, algo que ella diga o haga exonere a Colin Thomas. Ni Kent ni yo vemos cómo puede ser eso posible, Kent honestamente piensa que es algún tipo de maniobra desesperada del equipo de la defensa. Pero Callie está enferma de la preocupación de que ella vaya a arruinar cualquier posibilidad de que Colin Thomas sea condenado.

-Estoy de acuerdo en que lo más probable es que el testimonio de Callie no afectará negativamente la acusación. Pero supongamos que ha ocurrido, el peor de los casos. ¿Qué crees que Callie teme más de eso?... La Dra. Watson mantuvo una expresión uniforme. …-Que Colin Thomas esté de regreso en las calles? ó ¿a tu reacción a eso?

-Creo que ella tiene miedo de perderme a mí… Las palabras salieron antes de que Arizona tuviera una oportunidad de considerarlas, pero desde el momento en que se escaparon de sus labios, ella sabía que era verdad. Aún después de todo lo que había pasado, todavía había una cierta parte de Callie, que no creía en el amor incondicional. -Ella está acostumbrada a quedarse atrás. O tal vez el amor amenazado o negado si desagrada a sus padres, especialmente a su padre. A pesar de que sabía que Carlos había reconsiderado su rechazo inicial en torno a la noticia de su relación y a la bisexualidad de Callie, eso la había herido profundamente. Se había creado un profundo temor a la pérdida y al abandono en un corazón ya incierto. Ella está preocupada de que si Colin Thomas es absuelto, voy a resentirme con ella, especialmente si su testimonio es de crucial importancia para la defensa.

-¿Y tú?, preguntó la Dra. Watson. ¿Te resentirías?

Arizona quería ver que el hombre fuera castigado, encerrado, tal vez incluso sometido a un tratamiento un poco áspero en la cárcel. Tenía miedo de él. Y ella lo odiaba por crear el miedo que infectó casi todos los aspectos de su vida hasta este día. Si él saliera en libertad, es casi seguro que lastimaría a más mujeres. Si Colin Thomas no fuera a la cárcel, sería demoledor para su alma.

Pero Callie no había hecho nada que ella no hubiera hecho, de haber estado en sus zapatos. Ella se enfrentó no sólo a un hombre que había violado a una mujer, sino al hombre que podría haber violado a su pareja. Y cuando pareció que había confesado, quiso causarle dolor a él.

¿Cómo podría juzgar Arizona a Callie cuando podría fácilmente imaginar haciendo lo mismo para defender el honor de Callie?

-Nunca me molesté con  Callie por sus emociones y reacciones de esa noche. Entiendo totalmente por qué hizo lo que hizo. Lo hizo por querer protegerme, lo hizo porque me ama... Arizona, se enjugó las lágrimas al combinar eso con la idea de cuán dedicada había sido Callie Torres para ella, y la devoción con que facilitó su recuperación. …-Dios, no me va a perder. Pero sé que Callie... no va a sentirse mejor hasta que todo esto haya terminado. Y aún así, sólo si es a nuestro favor. No sé cómo vaya a reaccionar si él es absuelto, sea o no a causa de su testimonio.

-Tal vez deberías traerla para otra sesión…, dijo la Dra. Watson. …-Si quieres.

-Eso es probablemente una buena idea... Callie había estado asistiendo a citas frecuentes con su propio terapeuta, cuando su horario se lo permitía, pero Arizona sabía que con una sesión de terapia conjunta, ambas se beneficiarían ya que se verían obligadas a sentarse y hablar de ese tema. …-Callie tiene por lo menos una semana antes de que ella tenga que ir a declarar. Voy a tratar de conseguir que me acompañe aquí antes.

-Perfecto... La Dra. Watson sonrió. -¿Y qué más?

Arizona, suspiró profundamente. -Yo no lo sé. Pasamos un susto la semana pasada. Callie estaba hablando con Mark sobre el juicio y él le  preguntó si el hecho de que ella estaba citada para testificar significaba que a ella no se le permitiría estar allí conmigo mañana. Callie se asustó y me llamó llorando. Ninguna de nosotras había considerado siquiera eso. Llamé a Kent a la oficina del fiscal y él me aseguró que el juez probablemente haría una excepción en nuestro caso, ya que somos pareja. El no había querido que nos preocupáramos antes de que tuviera la oportunidad de ver lo que dijo el juez.

-Espero que el juez haya dicho que estaba bien

Riendo, Arizona, dijo: -Yo estaría mucho peor ahora mismo, si el juez no lo hubiera aceptado. Pero lo hizo

-Bien. La Dra. Watson se veía casi tan aliviada como Arizona. A pesar de que Teddy estaría allí, la ausencia de Callie habría pesado mucho en las dos. Callie se habría culpado por ello. -¿Te sientes lista para mañana?

-Estoy listo para salir de eso. Lista para simplemente hacerlo y seguir adelante con mi vida. Pero estoy muy, muy asustada. Arizona, se acomodó en su asiento por un momento y luego dijo: -Estoy enfadada, también. La parte de mi enojo está lista para esto.

-Háblame de la parte del enojo de ustedes.

Arizona se tensó al recordar el recuento de Callie de su confrontación con Colin Thomas. -Estoy furiosa de que Callie haya sido arrastrada a todo este lío. La violación me dejó con tanta carga emocional, y en su mayor parte, Callie ha sido poco menos que increíble. Ella no se merece esta experiencia.

Dr. Watson levantó una ceja en punta. -Ni tú tampoco.

-No, tienes razón. Lo sé. Estoy enojada por su actitud, las cosas que él dijo a Callie. Por hacerle un comentario sobre mi cuerpo. Diciéndole que me lo busqué.

-Yo no te culpo por estar enojada por eso. Y creo que la ira te motivará mañana, eso es justo lo que necesitas.

-Yo también lo creo. Arizona, abrazó la almohada que todavía tenía a su pecho, esperando que el abrazo la calmara. -Sé que voy a estar bien. Sólo tengo que pasar esta parte...

La Dra. Watson irradiaba simpatía. -Eso tiene mucho valor. Tengo un gran respeto por usted, Arizona. Y yo no soy la única

Expresando su reconocimiento por el sentimiento, Arizona dijo: -Sé que tengo un montón de personas que me aman y me apoyan. Eso ayuda.

-Yo en realidad estaba hablando de Sofía Romero. Ella me pidió que te dijera hola, y buena suerte.

Arizona, se enderezó. -¿Usted ... usted ha hablado con Sofía?. Ella no había oído hablar de su tercera víctima desde que había llamado a su casa poco después de su primera reunión, pero Arizona pensaba en ella a menudo. La noticia de que Sofía había hecho contacto con la Dra. Watson le levantó el ánimo considerablemente. -¿Cómo está?

-Realmente no puedo decir mucho, pero ella me pidió que le permita saber que ella ha decidido ir a declarar. Tiene miedo, también, pero al parecer hiciste una impresión muy grande en ella. La Dra. Watson le dio una amplia sonrisa. -Hiciste un buen trabajo, Dra. Robbins. Su fuerza ha inspirado lo mismo en ella. Eso es algo notable.

Habiendo tomado en consideración que ella estaba destinada a derramar lágrimas cada vez que venía a la terapia, Arizona, no luchó contra la oleada de emoción que se le levantó al oír las palabras de la Dra. Watson. -Impresionante, murmuró. Que Sofía iba a testificar era una noticia increíble. Arizona no podía imaginar lo asustada Sofía podía estar, sobre todo porque es probable que la defensa afirmara que ella había tenido relaciones sexuales consentidas con Colin Thomas. Una vez que el jurado viera a Sofía, sin embargo, y escuchara su historia, Arizona, estaba segura de que ellos creerían que fue una violación.

-Espero que esa te ayude mañana también, dijo la Dra. Watson. -Creo que podría hacerlo.

-Así es. El saber  que Sofía tenía previsto testificar envalentonó a Arizona. Si Sofía podía hacerlo,  seguro como el infierno que ella también podía hacerlo. -Gracias.

-Estoy muy agradecida contigo.

El teléfono de Arizona sonó, y ella se movió para silenciarlo, ruborizándose mientras comprobaba la pantalla. Normalmente, ella dejaba su teléfono apagado durante la terapia, pero ella no quería estar fuera de contacto, si Callie la necesitaba. Hoy no. Ella se animó cuando vio que Callie le había enviado un mensaje de texto, a continuación, le disparó a la Dra. Watson una sonrisa de disculpa. -Lo siento.

-Haz lo que tienes que hacer. Para alivio de Arizona, no hubo irritación en su tono. -No puedo esperar.

Un tanto avergonzada pero aliviada, Arizona, leyó con impaciencia el mensaje de Callie. “Al frente de la 4 ª planta de la cámara de llamadas en diez minutos, voy a tomar una siesta. Ven, si tienes la oportunidad. Te echo de menos”. Al calor de un mensaje simple, Arizona, se guardó el teléfono, y luego se sonrojó cuando se dio cuenta de su estudio por parte de la Dra. Watson. -Sólo es un texto de Callie. Parece que tal vez vamos a ser capaces de tomar una siesta juntas después de mi regreso al hospital. Al menos por unos minutos, espero.

-Bueno, todavía tenemos otros quince minutos para el final, pero si prefieres cortar esta sesión e ir estar con Callie, lo entenderé. Vio en la cara de Arizona, la diversión tirando de su boca. -Haz lo que creas que va a ser más útil para calmar los nervios. Yo iba a sugerir que hiciéramos algunos ejercicios de respiración, pero sospecho que un interludio íntimo con Callie podía ser más relajante para ti.

Arizona no tenía que pensar en ello durante mucho tiempo. -Hablar contigo me ha ayudado, pero me encantaría compartir con Callie antes de que uno de nosotras sea paginada.

Haciéndose evidente que había esperado esa respuesta, la Dra. Watson se inclinó hacia delante en su silla, mirando directamente a los ojos de Arizona. -Vas a ser grande mañana. Sólo tienes que responder las preguntas de Kent, mirar a Callie o Teddy cuando necesites consuelo, y recordar por qué usted está haciendo esto. Y no dudes en llamarme si me necesitas, en cualquier momento. Voy a mantener mi teléfono celular para ello, ¿ok?

Asintiendo con la cabeza rápidamente, Arizona, se mordió el labio para mantener su gratitud a raya. Ella estaba a punto de empezar a lloriquear sobre lo mucho que apreciaba que la Dra. Watson la tranquilizara. Cuando ella pensó que podría manejar un par de palabras, Arizona susurró, -Gracias.

La Dra. Watson le hizo señas hacia la puerta. –Ve a estar con Callie.

#

La sensación familiar del cuerpo de Arizona presionando en la espalda de Callie la despertó de un sueño inquieto. A pesar de que probablemente no había tenido más que cinco minutos de descanso, diez a lo sumo, no le importaba la interrupción. Con un murmullo de satisfacción, Callie le apretó la parte inferior en la base de las caderas de Arizona, con un fuerte brazo enroscado alrededor de su cintura y tiró de ella hacia atrás.

-Yo estaba tratando de no despertarte. Arizona le dio un beso al lado de su cuello, lo que hizo que Callie dibujara un gemido desde el fondo de su garganta. -Vuelve a dormir.

-No, murmuró Callie. -Estoy bien... um, despierta. Estoy despierta. Con esfuerzo, asomó una sonrisa cansada y rodó para hacer frente a Arizona. -Estoy muy contenta de que estés aquí.

-Yo también. Arizona cerró la distancia escasa entre ellas y rozó los labios sobre Callie. -Pero creo que deberías descansar. ¿Tienes otra cirugía prevista para esta tarde?, ¿no?

-Esa es fácil. Voy a estar bien, dijo Callie, lo cual era cierto. Eso no quería decir que no necesitara desesperadamente de una siesta, pero ella no creía que el sueño era más importante que pasar este tiempo juntas. Mañana  Arizona tenía que sentarse en una sala con su violador y decirle a todos lo que le había hecho, y Callie sabía que la ansiedad está tomando su peaje. Estar cerca siempre parecía ayudar, y la comodidad iba en ambos sentidos. En este momento Callie necesitaba de Arizona, tanto como  Arizona la necesitaba.

A pesar de su agotamiento, Callie no había sido capaz de relajarse de verdad en las últimas semanas. La ira, el pánico, la preocupación, y la auto recriminación mantuvo con fuerza la herida y no podía dejarla pasar. Se había arrojado al trabajo en un esfuerzo por distraerse de lo que se avecinaba, y aún así se pasaba los días y las noches sin descansar, ocupada, temiendo el juicio, o más precisamente, el veredicto final. Arizona era su único bálsamo, una fuente de amor incondicional y Callie temía que eso desapareciera si el juicio no salía como debía.

Debido a eso, Arizona agitaba una mezcla de sentimientos. Su presencia era la única cosa que hacía a Callie feliz, pero también le recordaba lo mucho que tenía que perder.

Empujando lejos sus pensamientos negativos, Callie puso un rizo rubio detrás de la oreja de Arizona. -Te ves cansado, demasiado cansada

-Lo estoy. Arizona, enganchó  su pierna por encima de Callie, enredando sus cuerpos inferiores. -Pero esto es muy agradable.

-Súper agradable. Callie puso los ojos al elegir esas palabras para responderle a Arizona, a pesar de que estaba totalmente de acuerdo con el sentimiento. Su reacción fue para bromear un poco, una manera de tranquilizar a Arizona, una manera de demostrarle que había cosas que nunca iban a cambiar entre ellas. En secreto, estaba encantada de que Arizona no había perdido a su afinidad por el fraseo de la escuela secundaria. -Sí, es maravilloso.

Arizona, metió la cabeza debajo de la barbilla de Callie y apretó los brazos protectores alrededor de la cintura de Callie. -Al parecer, Sofía Romero ha decidido declarar.

Por mucho que ella no quería hablar sobre el juicio, Callie sacudió su atención ante la noticias en voz baja que Arizona le dio. -¿En serio?

-Eso es lo que la doctora Watson me dijo. Sofía le pidió que me diera la noticia. Lo que significa que ella también ha cambiado de opinión acerca de la terapia.

-Eso es fantástico. Un hilo de alivio se abrió camino en el intestino de Callie, lo que provocó náuseas leves en la comprensión de que el juicio aún podía salir bien. El testimonio de Sofía sólo podría ayudar a la fiscalía, y esperaba que lo ello contrarrestara lo que  Callie podría decir en nombre de la defensa. -¿Estás aliviada?

-Estoy encantada, eso será bueno para la fiscalía. No hay manera que el jurado vaya a creer que fue de mutuo acuerdo después de escuchar su declaración. Arizona, frunció el ceño, con los dedos acarició un mechón del pelo oscuro de Callie. -¿Qué te parece? ¿Estás aliviada?

-No voy a estar aliviada hasta que esto se acabe.

Arizona, movió las manos para acunar la cara de Callie. -Cal, realmente vamos a estar bien.

-Creo que el testimonio de Sofía va a ayudar, pero…

Silenciando a Callie con sus labios, Arizona esperó hasta que ella se entregara al beso antes de regresar. Luego meneó la cabeza, había fuego en sus ojos. –Vamos a estar bien. No importa lo que pase, incluso si  queda libre. Vamos a estar bien. Ya lo sabes, ¿verdad?"

Una ráfaga de gran alcance de auto-odio se retorció en el  interior de Callie. Ella sabía lo que Arizona quería decir, honestamente lo creía, pero Callie realmente no sabía cómo podía ser cierto. Arizona no iba a estar bien si Colin Thomas era declarado no culpable, y si Callie era de alguna manera responsable de ese resultado, no había manera de que eso no afectará su relación. Algo así siempre persistiría entre ellas. Incluso si Arizona afirmaba que entendía la impulsividad de las acciones de Callie esa noche, ¿cómo podía mirarla igual, sabiendo que ella había ayudado al hombre que la violó y otras dos mujeres salir de rositas?

-Hola. La nitidez de la voz de Arizona rompió el enfoque de Callie de nuevo a los ojos azules que la miraban con una ternura infinita. -Esto es incondicional, dijo, señalando entre ellas. -Tú y yo, hemos superado un infierno mucho más fuerte y tú no te estás dando el crédito por el momento. Así que no sigas.

No queriendo que Arizona pensara que ella no tenía  fe en ellas, Callie se esforzó por explicar. -Yo sé que me amas, yo no lo dudo, y yo te amo también, pero tú no serás capaz de controlar cómo te sentirás si él es absuelto. Sobre todo si mi testimonio ayuda a que eso suceda. Luchando contra la picadura de las lágrimas inminentes, Callie se mordió el labio para evitar un colapso. -Creo que sería difícil para nosotras superar eso. Sería difícil para cualquier pareja.

-Oh, Callie...

Callie desvió la mirada, incapaz de soportar el dolor de Arizona por sus palabras y la expresión de angustia pura en su rostro. Se quedó mirando la suavidad de la garganta de Arizona en su lugar, deseando con todo su corazón que las cosas fueran sencillas de nuevo. En una época más simple, ella acababa de besar a Arizona, y la había escuchado a ella  expresar su amor de la manera más apasionada que sabía hacerlo. Pero en estos días, las cosas eran condenadamente complicadas y Callie no se sentía digna de la devoción de Arizona, por no hablar de su toque.

-Calíope, Arizona murmuró otra vez, sosteniendo su rostro entre las manos suaves y cálidas. –Nosotras somos impresionantes. Podemos hacer cualquier cosa, incluso salir de esto.

Callie se percató que ella había elegido el peor momento posible para la auto-compasión y la auto-flagelación. Arizona necesitaba consuelo y apoyo en estos momentos, no un cónyuge deprimido y de mal humor. Tirando de ella juntas, Callie levantó la cara e inhaló, dispuesta a pedir disculpas.

Arizona cortó sus palabras con un fuerte beso en la boca. Callie soltó un gruñido de sorpresa, y luego apretó los brazos alrededor de la cintura de Arizona en el instinto y tentativamente le devolvió el beso. Después de unos momentos, ella se apartó. -Arizona, Yo…

-No, dijo Arizona, recuperando los labios de Callie en otro beso desesperado. Alisó con una mano la longitud del lado de Callie, empujando por debajo de su bata hacia la cuna de su mama sensible con la mano. Arizona se separó sólo lo suficiente para decir: -No hablar más, y luego la besó un poco más.

Volviendo a los besos frenéticos, Callie cerró los ojos y trató de relajarse lo suficiente como para disfrutar de la intimidad física. Ella no estaba en el estado de ánimo, pero fervientemente quería llegar. Hacer el amor siempre la hizo sentir más cerca de Arizona. No habían estado juntas en ese sentido desde antes de su reunión con Kent, y Callie se perdió de Arizona a nivel del alma. Había muchas razones para creer que tener relaciones sexuales la haría sentir mejor, por lo general lo hacía.

Sólo que esta vez, ella no podía entrar en ella. Esta vez, ella se sentía vagamente sucia, y totalmente indigna de tal deseo ardiente. Más que eso, ella se sentía triste. No podía dejar de preguntarse si Arizona estaba actuando por necesidad física real, o más bien porque quería probar algo a Callie y pensaba que el sexo era la manera de hacerlo. Con demasiados pensamientos e inseguridades dentro de su cabeza, Callie decidió que no estaba realmente para lo que Arizona  trataba de iniciar con urgencia.

Rompiendo el beso de nuevo, a Callie le faltaba el aire. -Arizona, espera…

-Te amo, le susurró  Arizona, rociando besos en la cara de Callie mientras deslizaba su mano por debajo de su bata, hacia adentro de sus muslos. Gimiendo con avidez, Arizona, se aventuró por debajo de la cintura de las bragas de Callie, en la búsqueda de sus labios con los dedos.

Callie se estremeció cuando Arizona frotaba sobre sus pliegues secos, pero a pesar de encontrar evidencia de su falta de excitación, Arizona, la acarició de nuevo. Apartándose de los labios ante la persistencia, Callie  agarró el brazo de Arizona y cerró los muslos en su mano. -Para, Arizona, por favor. Yo no quiero.

Arizona, se congeló en su lugar.

Al instante al tanto de la rigidez de Arizona y la cadencia de su respiración, Callie hizo contacto con los ojos y se encontró con Arizona mirando hacia ella, amenazando con derramar lágrimas de sus ojos brillantes. Torpemente, Callie alivió sus muslos abriéndolos, permitiendo a Arizona sacar de nuevo la mano como si hubiera sido quemada.

-Lo siento, susurró Arizona, en un tono de voz extrañamente ronco. Ella se retiró al borde de la cama. -Yo no debería haber hecho eso. Lo siento.

Callie movió la cabeza enfáticamente. -No te disculpes. Ella agarró la muñeca de Arizona antes de que pudiera rodar fuera del colchón. -No te disculpes, y no te vayas. Por favor.

Tragando saliva, Arizona se acostó con rigidez sobre su espalda. -Yo sólo quería mostrar cuánto te amo, te aseguro que yo no voy a ninguna parte. Pero yo nunca... yo no quise...

-¡Arizona!. Tomando la mano de Arizona, Callie apretó los labios en cada uno de los nudillos, uno a la vez. -Lo sé. Te amo, también. Yo no estaba de humor para hacer el amor.

Arizona volvió a tragar, arrugando la nariz tratando de mantener la compostura, pero no dijo nada.

-No estoy enojada contigo, dijo Callie en voz baja, dibujando su dedo a lo largo de la curva de la mandíbula tensa de Arizona. Ahora deseaba haberse esforzado más para ir junto con la seducción, habría sido mejor fingir que causar el dolor que aparecía en el rostro de Arizona. -No es un gran problema. Por favor, no te molestes.

Las ventanas de la nariz de Arizona quemaban. -Estoy tratando de no establecer paralelismos. Lo siento. Cerró los ojos un instante, luego susurró: -Ha sido un día largo.

-No te gusta. ¿De acuerdo? Lamentando que Arizona hubiera pensado así, Callie la envolvió en un fuerte abrazo. -Yo no quería sexo, te dije, que te detuvieras. No ha pasado nada. No es ni remotamente lo mismo.

Mirando en retrospectiva Arizona dijo: -Yo sabía que no estabas en él. Pero yo quería que, por lo que yo quería que tu quisieras también… Ella exhaló, y luego se apoyó en el cuerpo de Callie. …-¿Por qué todo tiene que ser tan complicado?

Decidida a salvar el resto de su interludio, Callie besó la mejilla de Arizona y le dio un suave apretón. -No siempre será complicado.

-Hace tres minutos, estabas convencida de que las cosas sólo podrían empeorar.

Callie exhaló, odiando la ironía en la voz de Arizona. Ella sabía que Arizona debía sentir que el mundo se le agolpaba y hasta ahora no había hecho nada para ofrecer su consuelo y confort. Durante meses no había hecho otra cosa que tratar de ser fuerte para Arizona, pero ahora cuando realmente importaba, ella le estaba fallando.

Nada más.

Ella levantó la cara de Arizona con una mano debajo de la barbilla. -Lo siento.

Arizona no la miró a los ojos. -¿Por qué?

-Estar de mal humor.

Con crispaciones de la boca, Arizona le dio un gesto suave. -Eso no es estar de mal humor. Estabas francamente de pésimo humor.

Callie logró una sonrisa, aliviada de que estaban yendo más allá de su momento incómodo. Satisfecha por la inesperada reaparición del humor de Arizona, ella aprovechó la oportunidad para poner fin a su tiempo juntas con una nota más feliz. -Confío en ti, Arizona. Sólo que siento miedo… a veces.

-Porque la gente te abandona. Porque el amor se va.

Ver a su pareja vocalizar la fuente de todos sus miedos e inseguridades con tanta claridad, con tanta saña, hizo sentir a Callie desollada, abierto, expuesto. De repente, ella era la que no pudo mantener el contacto visual. -Yo sé que no te irás

-No, no es así, murmuró Arizona, luego plantó un beso casi platónico en los labios de Callie. -Pero yo no lo herá. Yo no te voy a dejar, y todo lo que puedo hacer es demostrártelo.

Callie la atrajo más cerca, apoyando la barbilla en el hombro de Arizona. A pesar de que sabía que Arizona vivía con el miedo a diario y que eso la hizo sentir débil, a Callie le parecía la mujer más fuerte del mundo. Con reverencia, Callie murmuró: -Tí vas a patear el culo mañana. Eso es lo que yo sé.

-Tengo miedo... No era la primera vez que lo había admitido, pero Callie tenía la sensación de que ella ayudaba a Arizona a decirlo en voz alta. …-Ojalá pudiera adelantar a mañana por la noche.

Callie apretó los brazos, deseando tener algo nuevo que decir, una pieza perfecta de asesoramiento o de comodidad que disolvería la ansiedad de Arizona. Nada vino a la mente, pero que tenía que decir algo. -¿Dónde quieres ir a nuestra cita mañana por la noche?

Arizona se quedó callada por un largo tiempo, hasta que Callie empezó a preguntarse si ella había quedado dormida. Así como Callie decidió cerrar sus propios ojos, pero Arizona, dijo: -No estoy segura de que estaré en el espacio mental adecuado para una cita.
-Creo que mañana por la noche vas a estar muy aliviado. Mirando seriamente a los ojos de Arizona, sabiendo que era su oportunidad de tranquilizar a Arizona de que ella no había renunciado a su futuro juntas, Callie sonrió y dijo: -Creo que ambas vamos a estar en el estado de ánimo para celebrar.

Al principio Arizona sostuvo la mirada con cara de piedra, luego se torció con una sonrisa de respuesta. -Está bien.

-¿Qué te parece ese restaurante que queríamos probar? El lujoso? Callie sabía cómo se llamaba, había reservado el dinero para llevar a Arizona un par de meses antes, pero ella no se lo había dicho. Era más divertido de esta manera.

Arizona, parpadeó, claramente sorprendida. -Eso es un poco caro, ¿no?

-Yo invito. Ella no había planeado exactamente invitar a Arizona fuera para una comida costosa justo en el medio del juicio, pero tal vez era una buena idea. De alguna manera le pareció el momento adecuado. -Podemos vestirnos y ponernos calientes a través de la bebida con el vino, comer divino y dividir un postre y luego ir a casa y compartir el postre, otra vez. Y luego ir por más postre, que obviamente significa sexo.

Arizona, ladró de la risa. -Es una cita.

Callie acarició con el dorso de los dedos la mejilla de Arizona, lo que permitió escuchar el sonido de sus risas para ahuyentar su melancolía persistente. Ella podía sentir todo el miedo que quisiera, pero no podía seguir dejando que Arizona lo viera. No cuando su aprensión fue interpretada como una falta de fe y confianza. La verdad era que ella confiaba en Arizona más de lo que nunca había confiado en nadie. Ella simplemente no creía que la absolución era algo que cualquier pareja en esta posición podría capear con éxito.

Arizona era la que creía en los unicornios y el polvo de hadas. Callie era un realista. Ella sabía que las cosas tenían una manera de acabar, aun cuando nunca se le viera venir antes.

Con caricias más cerca del pecho de Callie, Arizona exhaló feliz. -Te amo, Calíope. Nuestra cita suena perfecta. Gracias por darme algo impresionante que esperar.

Callie besó la parte superior de la cabeza de Arizona, apretando los ojos cerrados para alejar la emoción aplastante que se hinchaba en su pecho. Era por eso que la idea de perder de Arizona era tan increíblemente dolorosa, porque perderla significaría que no tendría nada que esperar más. Ella creía con honestidad que  Arizona era “la única” para ella. La idea de tratar de recoger los pedazos y seguir adelante de esta relación le parecía imposible.

También era, sencillamente, demasiado devastador de imaginar.

Cuando pudo hablar de manera uniforme, Callie susurró: -Gracias, Tú también.

Esta historia continuará…

No pueden perderse el próximo capítulo de esta historia, muchos deben imaginarse de que trata, ¿cierto?,… pues sí… EL JUICIO. Les aseguro que habrá momentos en que casi se les olvidará respirar.

Capítulo publicado originalmente en: http://fictitiouschick.livejournal.com/6878.html